Asociativismo

Marco teórico

En la teoría económica neoclásica de la firma, el estudio de los acuerdos entre empresas o productores ha sido enfocado desde la concepción de la empresa como una función de producción, donde la coordinación con otras empresas es impulsada por razones de búsqueda de poder monopólico. También en el enfoque de la Organización Industrial (Bain, 1958; Stigler, 1968), bajo el análisis del paradigma  “estructura, conducta, resultados” (structure, conduct and perfomance) de los mercados, cualquier intento de cooperación entre las firmas tiene como finalidad ganar poder de mercado.

Sin embargo, sin dejar de lado la validez de estos principios, distintas aproximaciones teóricas, agrupadas dentro de la Nueva Economía Institucional, han llevado el análisis hacia otras cuestiones no ponderadas en anteriores investigaciones. Este enfoque sostiene que también existe el propósito principal de trabajar asociativamente, el cual se sustenta en la idea de obtener una mayor eficiencia en la coordinación de las actividades económicas. Dentro de esta teoría, la “economía de los costos de transacción”, iniciada por Coase y desarrollada posteriormente por Williamson, hace sus aportes de luz sobre este aspecto mencionado.

Bajo este marco analítico, el fin último de las firmas al decidir cooperar en algunos ámbitos, está dado por la intención de minimizar la suma de los costos de producción y transacción que la utilización del mercado conlleva. Como fue visto en el Capítulo II, la transacción emerge como la unidad básica de análisis y como el núcleo conceptual donde se asientan las causas que definen la aparición de los contratos o acuerdos.

Entre los objetivos que llevan a los productores o empresas a constituir acuerdos de colaboración, la mayoría de los estudios consideran que los acuerdos constituyen una estrategia para adaptarse a las nuevas formas de competencia. En este sentido, los acuerdos contribuyen a mejorar la competitividad y a adquirir mayor flexibilidad. Se utilizan como un mecanismo frente a firmas de mayor poder de negociación, como forma de acceder a nuevos mercados y/o recursos, ganando en economías de escala y diversidad o para disminuir costos o riegos.

Profesionales1 que trabajan desde hace tiempo con grupos asociativos señalan que los pequeños productores han incorporado, en mayor o menor medida, tecnologías básicas de proceso y producto. Además, han introducido nuevas formas de organización, tanto en el interior de la explotación como en el establecimiento de vínculos entre productores.

El asociativismo es considerado como un mecanismo de cooperación entre pequeños y medianos productores. En donde cada productor participante, manteniendo su independencia jurídica y autonomía gerencial, decide voluntariamente participar en un esfuerzo conjunto con los otros participantes para la búsqueda de un objetivo común.

Entre los objetivos que se persiguen a través de la realización de los acuerdos celebrados entre los productores, se encuentran la necesidad de adquirir mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios en la demanda, aumentar la escala y/o la variedad de productos, acceder a nuevos mercados y canales de comercialización.

Los objetivos comunes pueden ser, a su vez, coyunturales como por ejemplo, la adquisición de un volumen de materia prima. También pueden estar relacionados con generar una relación más estable en el tiempo, como puede ser la investigación y desarrollo de tecnologías para el beneficio común, o el acceso a un financiamiento que requiere garantías que son cubiertas proporcionalmente por parte de cada uno de los participantes. Por lo tanto, a partir de un nivel de estrategia colectiva, los productores comparten los mismos objetivos y dan respuesta conjunta a las demandas de su entorno. Estos se vinculan entre sí por lazos permanentes, compartiendo los mismos nichos de recursos como una estrategia para mejorar competitividad de sus explotaciones

Formas asociativas

Las formas asociativas se pueden considerar como una tecnología organizativa. Son una herramienta que el productor puede utilizar para superar algunas limitantes de tipo estructural. Así y como respuesta a la crisis que atravesó el sector, surge un “nuevo” concepto de asociación o cooperación.

Dentro de las modalidades del asociativismo se puede dar el caso de que los productores participantes integren una especie de red horizontal de producción, donde todas las explotaciones elaboran los mismos productos para un mismo mercado (cliente). En esta situación prevalece la independencia jurídica y cada productor participante es responsable ante sus clientes por la calidad y condiciones de entrega de sus productos.

Respecto de las formas que pueden adoptar los acuerdos entre los productores que se asocian, la mayoría de los autores propone tipologías con base en diferentes criterios. Los principales son los siguientes:

Por el segmento donde se realiza el acuerdo: se encuentran alianzas:

  • Producción: producción conjunta, aumento de escala.
  • Tecnológicas: redes de transferencia de información y tecnología, convenios de investigación y desarrollo, intercambio de licencias.
  • Mercado: estrategias de marketing, de cooperación comercial o de distribución.

Por el tipo de actores involucrados: se estudian alianzas:

  • Entre grandes empresas.
  • De pequeñas y medianas empresas  y grandes empresas: en general las primeras como proveedoras de las segundas.
  • Entre pequeñas y medianas empresas.
  • Entre empresas y el sistema científico tecnológico.

Por la amplitud del acuerdo: se puede hablar de:

  • Alianzas focalizadas en las cuales las empresas comparten sólo una parte de sus actividades.
  • Alianzas complejas que involucran a toda la cadena productiva o de servicios.

Por la modalidad del acuerdo: dentro de este criterio se encuentra un gran número de ejemplos clasificatorios, que en muchos casos están vinculados a segmentos específicos donde se desarrolla el acuerdo. Dentro de estos de pueden mencionar:

  • Subcontratación, generalmente vinculando a PyMEs con una gran empresa emisora de órdenes.
  • “Spin off”, relacionada con las estrategias de desconcentración de actividades de las empresas grandes.
  • “Joint venture”, como creación de una empresa compartida y separada de las que realizan el acuerdo.
  • “Cooperación canguro”, acuerdo de distribución y comercialización, por el que la una empresa pone a disposición de la otra su red internacional para la distribución de productos.

Red de empresas: constituye una vinculación con una pluralidad de acuerdos complementarios.

Características del asociativismo

El asociativismo tiene una serie de distinciones importantes que lo caracterizan:

  • Es una estrategia colectiva.
  • Tiene carácter voluntario.
  • No excluye a ningún productor por el tipo de mercado en el cual opera.
  • Permite resolver problemas conjuntos manteniendo la autonomía en la dirección de las explotaciones participantes.
  • Puede adoptar diversas modalidades jurídicas y organizacionales.
  • Es exclusivo para pequeñas y medianas explotaciones.

El asociativismo permite el esfuerzo colectivo de varios productores que se unen para solventar problemas comunes. Se lleva a cabo mediante la acción voluntaria de los participantes, no siendo forzada la cooperación por ninguna explotación agropecuaria en particular. La decisión de intentar la asociatividad puede ser estimulada por instituciones ajenas a los establecimientos, como por ejemplo el Estado nacional, provincial u organismos independientes. Pero, en definitiva, son los productores los que deben llevarla a cabo. De acuerdo con estas características, el asociativismo se asemeja a una red horizontal que busca la cooperación entre empresas que atienden al mismo mercado.

Otra distinción importante de la asociatividad es el alto grado de autonomía en la dirección de sus explotaciones que mantienen los participantes después de adoptar la decisión. Por ejemplo, la manera de emplear los recursos o beneficios obtenidos a partir de haberse asociado, es de la incumbencia exclusiva de cada propietario, el cual, sólo debe responder ante el resto de participantes por la cuota parte de los esfuerzos que le corresponde. Esta autonomía es un rasgo también presente en las redes horizontales.

La posibilidad de mantener un alto grado de autonomía “gerencial” puede constituir uno de los principales estimuladores para el desarrollo del asociativismo. Bajo esta modalidad los propietarios de las explotaciones no son obligados a compartir información que estimen confidencial o poco relevante, como en el caso de la cooperación compulsiva de las redes verticales o las exigencias de las alianzas estratégicas.

Una distinción adicional de la asociatividad es el carácter amplio de actividades de cooperación que puede abarcar. La asociatividad se puede establecer para múltiples propósitos desde el financiamiento hasta la investigación conjunta de determinado problema y, al mismo tiempo, abarcar las diferentes etapas de los procesos básicos de producción. En principio, no hay limitación del ámbito de la cooperación en la asociatividad como sí lo hay en las redes verticales. En éstas, el ámbito de la cooperación está determinado por los intereses específicos de la cadena de producción o incluso por los intereses estratégicos de las  empresas líderes.

La última distinción señalada del asociativismo es que constituye un mecanismo de agregación de intereses exclusivo para las pequeñas y medianas empresas o explotaciones. Las grandes empresas apelan a la cooperación a través de alianzas estratégicas y, aún cuando una misma empresa pueda mantener múltiples alianzas estratégicas, siempre cada una de ellas es un acuerdo específico entre dos partes y no existe, en consecuencia, el carácter colectivo.

Las características del asociativismo le otorgan a este mecanismo de cooperación una alta flexibilidad de afiliación, operación y ámbito de acción que puede ser empleado tanto por establecimientos ganaderos insertados en redes verticales u horizontales, o incluso para aquéllos que no pertenezcan a ninguna red.

Una explotación pequeña en particular puede estar simultáneamente empleando tanto la estrategia colectiva de la asociatividad como la de la integración en una red de producción. Las exigencias gerenciales, tecnológicas y financieras pueden ser diferentes.

El gobierno tiene un rol inevitable en el logro del desarrollo sostenible y competitivo porque afecta muchos aspectos del ambiente de negocios, determina la política social y ambiental y administra el ambiente de negocios por medio de licencias, impuestos, servicios públicos y administración de servicios, para nombrar unas pocas funciones.

Además del gobierno, muchas otras instituciones tienen un rol en el desarrollo económico.

Las universidades, las escuelas, los proveedores de infraestructura, las agencias que establecen estándares y una miríada de otras instituciones contribuyen de alguna manera al ambiente microeconómico de los negocios. Tales instituciones deben proliferar y mejorar en calidad para apoyar formas de competencia más productivas.

Los agentes económicos locales están integrados por una serie de entidades que juegan en la región papeles de regulación, financiamiento, formación de recursos humanos, desarrollo tecnológico, etc. y que pueden tener interés en participar en el fomento y desarrollo de grupos de productores.

Algunos ejemplos de entidades que forman parte de los agentes económicos locales son los siguientes:

  • Organizaciones empresariales (cámaras empresariales, asociaciones de empresarios).
  • Entidades del gobierno, a nivel nacional, regional o municipal.
  • Organismos financieros y banca de desarrollo.
  • Instituciones del sector educación superior.
  • Centros de servicios empresariales.
  • Organizaciones privadas no lucrativas.
  • Organismos internacionales.

Cada uno de estos agentes económicos puede tener un interés específico en apoyar el desarrollo de grupos asociativos de acuerdo con su misión, objetivos, etc.

No es posible presentar una reflexión sobre los intereses particulares que pueden mover a cada uno de los agentes locales a impulsar los grupos asociativos.

Sin embargo, sí es posible comentar que estos agentes pueden participar en fases específicas dentro del proceso de instalación de los grupos asociativos, especialmente en los siguientes aspectos:

  • Promoción del grupo
  • Financiamiento
  • Formación de recursos humanos
  • Creación de medio ambiente industrial (clima de negocios)
  • Oferta de servicios especializados: empresariales, tecnológicos, etc.

Como puede verse, la participación de los agentes económicos locales permite crear el clima y la infraestructura física para apoyar el proceso de desarrollo de grupos asociativos.

Sin embargo es difícil que desde el principio participen todos los agentes económicos en el proceso de desarrollo de los grupos de trabajo, en consecuencia es difícil tener un consenso entre todos ellos en la etapa inicial.

Según Pyke (1994)2, hay tres maneras básicas a través de las cuales los pequeños y medianos productores pueden mantenerse y prosperar en un ambiente globalizado:

  • Pueden fortalecer sus intenciones de convertirse en proveedores preferenciales de grandes corporaciones mejorando sus estándares de calidad y plazos de entrega.
  • Pueden tratar de competir "individualmente" en mercados finales, probablemente en nichos específicos.
  • Pueden buscar fortalecerse colectivamente asociándose con otros productores pequeños, para cooperar, producir y vender a través de alianzas, instituciones colectivas y consorcios.

Diseño organizativo

Uno de los elementos  con el que precisa contar el grupo de trabajo asociativo para alcanzar el nivel de competitividad que suponga su viabilidad, es el empleo de una estructura organizativa adecuada.

La estructura organizativa debe responder adecuadamente a los distintos niveles de incertidumbre. Cuanto más desconocido sea un entorno por su grado de dinamismo y complejidad, más flexible y poco estructurada deberá ser la organización interna para que pueda adecuarse con rapidez a los cambios ambientales.

Por el contrario, una organización que actúe en un entorno relativamente conocido podrá conservar una estructura fija y estable, diseñada para mantenerse durante un largo período de tiempo.

La gestión de la cooperación implica el diseño de una estructura organizativa y la ejecución de una serie de tareas que conduzcan al cumplimiento de unos objetivos comunes. Los principales aspectos a considerar son:

  • El reparto de los costos de sostenimiento de la cooperación.
  • El presupuesto o las horas de trabajo que los socios tendrán que dedicar a las actividades de cooperación.
  • Los niveles de rendimiento que tendrán que lograr los socios.
  • La dirección de la cooperación.
  • El reparto de las tareas.
  • La organización de las reuniones.
  • Otros.

Para ello, habrá que determinar la planificación y la organización, así como los aspectos relativos a la dirección y el control, sin olvidar el establecimiento de un sistema de comunicación e información.

El esquema organizativo surgido de la cooperación entre productores se deberá caracterizar por la tendencia a la consecución del máximo grado posible de flexibilidad, la descentralización en la planificación y el control, junto a la sustitución de los vínculos verticales por vínculos laterales.

Teniendo en cuenta las características que presenta el fenómeno del asociativismo, se puede intentar formular las estrategias, los objetivos y los planes operativos, tendientes a la puesta en práctica de una verdadera "organización para la cooperación". Además de los procedimientos generales, habrá que formalizar una serie de aspectos específicos que se materializarán en el diseño de la estructura organizativa. Las principales cuestiones que deberán tenerse en cuenta son:

  • Diseño de tareas y puestos
  • Diseño de la estructura horizontal
  • Diseño de sistemas de coordinación
  • Diseño de procedimientos administrativos

Sistemas de toma de decisiones y de control

Los procesos y sistemas convencionales de decisión y control, en el caso de la cooperación se vuelven más informales y flexibles.

En cuanto al sistema de toma de decisiones, es preciso diseñar unos procedimientos para establecer quién o quiénes serán las personas encargadas, sobre qué materias tienen capacidad de decisión y cómo se toman las decisiones. De esta forma, se eliminan posibles demoras y bloqueos. En este sentido, el consenso es la clave y suele ser el mecanismo más utilizado.

En lo que al sistema de control se refiere, en general se buscan sistemas dotados de la suficiente flexibilidad y dinamismo.

Sistema de comunicación y de información

A la hora de diseñar un sistema de comunicación e información, se han de tener en cuenta aspectos tales como el tipo de información que se comunica, su frecuencia o las personas implicadas. La no consideración de éstos puede llevar a situaciones que propicien el desempeño independiente de tareas por parte de los socios o, incluso, la descoordinación del grupo.

Los instrumentos dinamizadores

Los instrumentos son herramientas, acciones y apoyos proporcionados por los agentes económicos locales con el propósito de fortalecer a los productores que están en el desarrollo de grupos asociativos.

Los instrumentos son los vehículos a través de los cuales los agentes locales fertilizan el desarrollo de los grupos. Estos tienen como propósito el fortalecimiento de los grupos a través de: simplificación de trámites administrativos, formación de recursos humanos, financiamiento, creación del clima de negocios, oferta de servicios empresariales.

Algunos de los instrumentos utilizados por los agentes económicos para dicho fin son los siguientes:

  • Promoción de inversiones.
  • Sistemas de caución mutua o de garantía para avalar el financiamiento de los grupos.
  • Programas de financiamiento.
  • Exenciones fiscales.
  • Programas capacitación, asesoría y asistencia técnica.
  • Instrumentos de transferencia de tecnología e innovación.
  • Programas de servicios a las explotaciones asociadas.
  • Programas para la creación de nuevas cooperativas.
  • Herramientas de desregulación económica y simplificación administrativa.

Importancia del trabajo asociativo

El éxito de las experiencias asociativas está indisolublemente atado a la incorporación del componente asociativo, no sólo para el particular emprendimiento productivo que decidieron realizar, sino también como forma de vida que rescata los mejores valores de la cultura campesina. Para los productores la actividad asociativa no está únicamente vinculada a lo productivo, sino que está inserta en su forma de vida. La participación comunitaria en las festividades religiosas, en las fiestas populares de la zona, en las diversas actividades culturales son hechos a rescatar. Estas experiencias mencionadas muestran cómo han sido ellas, más que lo productivo, lo que dio fuerza y cohesión a la organización.

Los emprendimientos exitosos lo han sido por que se destacó en ellos la solidaridad y la cooperación puesta de manifiesto en los grupos de trabajo, con responsabilidad, con ganas de hacer cosas. Si bien los integrantes hacen referencia a que “estamos en esto para ganar plata” manifiestan siempre una actitud ética, solidaria y de servicio, poniendo de manifiesto que hay valores que quieren respetar. Esta postura implica la elaboración de una estrategia de intervención con instancias participativas a distintos niveles. De acuerdo con este enfoque, el papel del técnico está centrado en facilitar el crecimiento de los individuos. El rol de los grupos estaría puesto en su capacidad de participación en las decisiones que afectan su vida cotidiana, de desarrollar un pensamiento reflexivo, de fomentar la creatividad y de fortalecer la autovaloración de sí y de su grupo de pertenencia como potenciales fuerzas de cambio social. Es decir, facilitar la construcción del conocimiento y objetivación de la realidad.

La búsqueda y adecuación de formas asociativas acordes a la realidad de los pequeños productores es materia que no se debe descuidar como así también la formulación de una normativa impositiva y previsional que los ampare y no los discrimine.

Valores relevantes

En toda experiencia asociativa existen factores que facilitan y otros que obstaculizan su desarrollo. Entre los primeros pueden destacarse el conocimiento, la confianza mutua, las relaciones de amistad, la mayor integración, el rol de la familia y la mejor comunicación entre los miembros. Entre los factores que obstaculizan merecen mencionarse el individualismo, el miedo, el temor al compromiso y al riesgo empresarial, la desconfianza, la resistencia a asociarse, el poco interés, la existencia de antecedentes negativos en la zona, la dispersión geográfica de los productores, el endeudamiento de algunos productores que dificultan la implementación de los emprendimientos asociativos del grupo.

La cultura solidaria que evidencian los productores hace que se consoliden las experiencias productivas que surgen a posteriori de acciones comunitarias como ser el arreglo de caminos, la sala de primeros auxilios, etc. Si se rescatan y remarcan estas acciones, resulta que la actividad productiva sea llevada a cabo en forma más exitosa. Por lo tanto, se puede afirmar que dentro del desarrollo de las formas asociativas existen decisiones que trascienden el plano económico y están basadas en la solidaridad y ayuda mutua.

En numerosos casos, algunos productores que en principio eran reticentes a asociarse, una vez que realizaron el emprendimiento asociativo no desean abandonar la modalidad de trabajo asociativa.

Fortalezas y debilidades del asociativismo

Entre las ventajas del trabajo asociativo se pueden enumerar las siguientes:

  • Mayor intercambio de ideas y experiencias.
  • Mayor objetivación en la identificación de problemas y posibles soluciones.
  • Mejor organización del trabajo.
  • Incorporación de tecnología que es inaccesible a nivel individual.
  • Mejor calidad y oportunidad en las tareas.
  • Aumento en los ingresos; mejor poder de negociación.
  • Mejor calidad de las condiciones de vida y mayor actividad social.

Dentro de las fortalezas que estas experiencias muestran las más importantes están vinculadas a la posibilidad de continuar produciendo en la propia chacra, sin necesidad de que miembros de la familia deban emigrar en busca de nuevas fuentes de trabajo. En la concepción campesina en la cual estos grupos están insertos, la posibilidad de continuar trabajando junto al grupo familiar es importante, a la vez que mejora la comunicación entre vecinos.

En el origen y desarrollo de la mayoría de estos grupos de trabajo asociativo tiene mucho que ver la familia. En la medida en que la familia propicie y acompañe estas actividades, de hecho se está gestando la posibilidad de emprender algún tipo de salida asociativa.

En cuanto a la calidad del producto que venden, al producir en forma conjunta pueden planificar mejor las actividades grupales a realizar, permitiendo de esa manera realizar las labores culturales a tiempo.

La posibilidad de concentrar la producción hace que el volumen sea interesante para el comprador, de manera que el vendedor puede exigir mejores condiciones de precio y forma de pago y esto a su vez permite disminuir los riesgos de cobro.

Al realizar las compras conjuntas se pueden lograr importantes disminuciones de costos por descuentos en el precio de los insumos así como mejor calidad y mejor financiación. Además, al tener una estructura productiva y comercial mejor armada le permite a los grupos prestar servicios a miembros del grupo y a vecinos de la comunidad.

Por último se debe considerar que la posibilidad de desarrollar una gestión eficiente y eficaz depende en gran medida de la transparencia y claridad de todas las acciones que se vayan desarrollando en común. Para ello la participación democrática de todos los integrantes es una condición necesaria, pero esta debe reflejar una correlativa participación al interior de cada una de las unidades productivas que constituyen el grupo. De no existir esta comunicación, las dificultades se irán sumando, sin la posibilidad de encontrar el ámbito de resolución de los conflictos personales y familiares, que inevitablemente surgen en el seno de toda agrupación.

Entre las debilidades se pueden mencionar las siguientes:

Una de las dificultades en común que presentan los grupos es la falta de infraestructura y de servicios relacionados con la actividad productiva que desarrollan (caminos, agua suficiente, información de precios etc.).

Otra dificultad importante es la falta de adaptación del sistema impositivo-previsional vigente, a la realidad del pequeño productor.

La falta de tecnología de producción adecuada a los pequeños productores se manifiesta como otra dificultad.

1- GHEZÁN, G.,… op. cit., págs. 8/9.

2- En PEREGO, L., Competitividad a partir de los agrupamientos industriales, trabajo científico para la obtención del grado de Magíster en dirección de empresas, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata, 2003, pág. 49.

Autor: Marcela Báez
Mendoza, Agosto de 2005
Universidad Nacional de Cuyo
Facultad de Ciencias Económicas

Como citar este artículo: 

Marcela B "Asociativismo" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/asociativismo (Consultado el 29 de Mar de 2024)



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