Cura Brochero

“Elogio del sacerdocio y mucho más”

El sacerdote cordobés José Gabriel del Rosario Brochero, finalmente será Beatificado el próximo sábado 14 de Septiembre en la localidad cordobesa de Villa Cura Brochero donde vivió y desarrolló su profunda y admirable tarea humanitaria educando, formando y promoviendo a toda la comunidad del gigante valle de traslasierra en su provincia de Córdoba.

Así entonces, en pocos días más, la alegría, el alborozo y un legítimo orgullo colectivo se apoderarán de nosotros los cordobeses. Respecto de Brochero, resaltan tres ejes centrales: I) Es cierto que el Cura hizo muchas obras pero no es santo por eso sino por el espíritu con que logró las mismas. No ingresó a la vida religiosa para resolver sus problemas sino los ajenos. II) Consecuentemente él entendió -con una clarividencia propia y singular- que del Evangelio no solo se desprendía una dimensión espiritual sino, otra de promoción y desarrollo social para redignificar a todo hombre mediante una vida más humana y más vivible, anticipándose en todo esto, cincuenta años respecto del Concilio Vaticano II.- III) Siendo el Cura Brochero un hombre hiperactivo, debió aprender el valor y la trascendencia de la quietud, del silencio, de la soledad y la pura contemplación a raíz de una penosa postración -en realidad para él un “gigante sacrificio”- al contraer la lepra por su entrega misionera sin pausas y sin límites, una ofrenda personal que nunca le hizo asco a nada ni a nadie. Trabajó pionera y visionariamente por la educación de las niñas, para recuperar la dignidad y autonomía de los empobrecidos, de los leprosos, de los alcohólicos, de los campesinos minifundistas e incluso, le sobraba resto para ir sólo a proponer mejores caminos personales no sólo a paisanos sencillos, sino también a gauchos malevos que vivían escapándose a la policía, sellando todo siempre mirando sostenidamente a los ojos, tendiendo y apretando francamente su mano llagada de solidaridades pero firme y plena de aliento, esperanza, coraje y alegre optimismo.

Su lepra prontamente fue acompañada de una ceguera física pero nada podría frenar, domar o desviar al Cura Brochero de su vocación y misión cristiana entre su gauchada de criollos y aborígenes, traducidas en su curato admirable e imitable. José Gabriel del Rosario Brochero nació, aquí nomás, en un paraje llamado “Carreta Quemada” en proximidades de la localidad de Santa Rosa de Río Primero en esta provincia de Córdoba un 16 de Marzo de 1840. Los tres primeros años de su sacerdocio los transcurre Brochero en la ciudad de Córdoba, ayudando y aprendiendo en la iglesia catedral. A fines de 1867, Córdoba debe enfrentar el primer brote conocido del terrible cólera que segó más de 4.000 vidas en poco tiempo. Dura ocasión que acicatea y pone a prueba al joven Brochero quién sin titubear se prodigó enteramente sin especulaciones ni miramientos ni con su salud ni con su propia vida para afrontar todo lo que pudo en favor de todo contagiado/enfermo atribulado. El 18 de noviembre de 1869 José Gabriel Brochero es designado cura del departamento de San Alberto, al otro lado de las sierras grandes. Allá llegó Brochero, después de tres días en mula a través de unas sierras (todavía sin caminos, paradores ni señales) radicándose definitivamente en la Villa del Tránsito, hoy Villa Cura Brochero. Para tener una mera noción aproximada de la magnitud brocheriana, baste saber que la jurisdicción de su curato era inmensa: unas 500 leguas de valles, montes cerrados y vírgenes serranías.

Que buena oportunidad hoy para que todo ministerio de educación, de desarrollo social, de obras y servicios públicos, de agricultura, etc., abreven y asimilen algo de la obra brocheriana (educación, colegios, viviendas, caminos, acueductos; no mentir, no robar, etc.), entrega total y fundamentalmente honestidad de Brochero incompatibles con todo “vuelto”, “comisión”, “desvío de fondos” y “ganchos corruptos”. Nació pobre, vivió pobre y murió más pobre todavía, animado incesantemente y haciéndose de todo con todos para promover íntegramente a los demás sin discriminaciones. En realidad el sacerdocio de Brochero es hoy también una enorme interpelación para algunos religiosos y místicos que aislados en lujosos aposentos impropios, vienen ejerciendo un poder ajeno aislados en suntuosidades y coches último modelo indignos de toda vida y compromiso personal comunitario incluso, en su propia comunidad que integran y/o dominan haciendo sentir su autoridad.

El Cura Brochero no dudó en ir a la santidad con su fiel mula malacara y su cigarro de tabaco en chala atravesando largamente los confines de su Curato. Vigoroso, hacedor, espiritual, solidario, pragmático, mal hablado pero con un sincretismo sin par para la época, Brochero vivió en buenos términos con todos, diciendo la verdad claramente, escuchando, promoviendo e incluyendo a todos, preferentemente a los más empobrecidos, marginados y postergados. El Cura Brochero fue constructor de humanismo y desarrollo social; un buen hombre que vivió entre nosotros en espíritu y en verdad; que pasó haciendo el bien y entregando todo por el otro, ejerciendo su sacerdocio sin descanso con entrañas de misericordia, gestos oportunos, desprendimiento y ejemplar fraternidad.

Ojalá que a muchos religiosos, laicos, gobernantes, dirigentes, empresarios y tales –no solo los que estarán en primera fila el sábado 14 próximo- los sacuda el espíritu brocheriano para que regeneren y transparenten su trayectoria, su servicio y su propio patrimonio personal e impriman eficiencia, sobriedad y solidaridad a su gestión, a su poder, a su deber y a sus costumbres, regenerando sin demora y salutíferamente sus prácticas con conciencia e inspiración brocherianas.

Roberto Fermín Bertossi

Como citar este artículo: 

Bertossi "Cura Brochero" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/bertossi/cura-brochero (Consultado el 17 de Sep de 2018)