(nueva definición)
p. Roberto F. Bertossi1
Argentina para cambiar debe involucrase decididamente, con determinación y entusiasmo en un nuevo concepto de desarrollo sustentado en la realidad macroeconómica y ambiental global.
Esta nueva definición ha de fincarse en una institucionalidad fortalecida, en un pensamiento propio y en el conocimiento científico-tecnológico destilado en la experiencia de las lecciones internas y externas.
Ya basta de dislates y desplantes que sólo nos someten y sumergen en una mayor confusión adolescente; basta de corrupción que está adquiriendo la máxima virulencia, alcurnia, cercanía, torpeza e impunidad en el campo político y, éste con –sus prácticas- poco menos, extraviado, sin novedad con una democracia admirable que hace toda clase de esfuerzos y sacrificios por permanecer y perdurar para evitar la tragedia que consistiría en no conseguir su realización plena.
Es una estrategia de progreso hacia un comprensivo, coordinado y duradero programa de desarrollo que debe tener como primer objetivo el desarrollo humano: su cultura, salud, seguridad y, como parte de estos tres aspectos, incrementar un uso y consumo más racional de servicios y bienes.
No debemos quedarnos en la coyuntura -interna y externa- de la realidad macroeconómico de que hablamos que posibilitó un crecimiento quinquenal extraordinario ni escondernos del mundo en un simulacro supranacional regional ineficiente y discrepante en aspectos superiores; mucho menos querer contrastarlo `extra muros´ Vg., con los países del grupo de los ocho (G8) porque, no se olvide, estas estructuras mundiales poderosas permanecen perennes en tanto las coyunturas que nos suelen favorecer generalmente son intermitentes y esto es puntualmente lo que deberíamos revertir gradual, paulatina e integradamente.
Sobre esto último baste citar el caso de los países del G8 en relación con la nanotecnología2, sus redes, lo vínculos sinérgicos entre los actores mencionados tanto civiles como militares, solidamente protegidos –en muchos casos subsidiados- así como regulados y controlados con un rasgo distintivo: son la base de fuertes y permanentes encadenamientos productivos endógenos que vienen verificando su fortaleza en el mercado global cuando nosotros todavía discutimos infructuosamente por los subsidios agrícolas sin aprovechar lo mejor de estas nuevas tecnologías como parte de modelos de cooperación que nos faciliten acceder en este caso a las nanoinnovaciones para una asimilación tecnológica continua y completa, con todos sus beneficios.
Así entonces, deberíamos crecer hacia fuera y expandir satisfactoriamente la demanda interna consiguiendo un desarrollo humano con un cambio profundo que supere alivios aislados e inconstantes para consolidar un desarrollo humano con crecimiento y equidad.
Una reconversión de la política exterior permitiría a Argentina identificar mejor aquellos nichos en los que la promoción de sus productos y riquezas podría ser mejor garantizada, ya sea de manera individual o a partir de la conformación de alianzas estratégicas, situacionales y/o coaliciones entre países con los que, en un momento determinado, pudiera existir afinidad o complementariedad de intereses.
Pero este crecimiento no puede lograrse a expensas de un abusivo consumo de recursos naturales, menos que menos de aquellos no renovables sin esperar graves consecuencias ambientales suficientemente visibles, perniciosas y ponderables donde ya se produjeron.
Otra asignatura será coordinar y complementar mejor el desarrollo urbano con el rural, evitando y revirtiendo desarraigos que solo pauperizan las periferias de las grandes metrópolis con atractivos éxodos urbanos para reurbanizar el campo y favorecer como facilitar un desarrollo regional mas armónico promoviendo, recuperando y revalorizando nuestras mujeres y hombres mas talentosos, políticas federales diferenciadas con proactividad fiscal que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de nuestras provincias y las regiones que conforman un país que cuenta con un enorme territorio de infinita riqueza y lozanía.
Esto último y todo lo dicho en materia de capital humano argentino que en ocasiones pareciera como una subespecie de `lastre´- nos coloca en la perspectiva de configurar e incentivar nuevas alternativas de industrialización brindando mayor importancia a las actividades científico-tecnológicas, a la calidad y eficiencia económicas, esforzándonos en alcanzar el más bajo consumo de recursos naturales, el menor daños ambiental, acrecentando y enriqueciendo los recursos humanos, la seguridad jurídica, el catálogo para los inversores y la armonía internacional a partir de nuestros vecinos más próximos.
Asimismo es preciso alcanzar y ofrecer simetrías regionales razonables en políticas fiscales, convergentes, cooperativas y complementarias con más políticas sociales y de incentivos para la infraestructura, el crédito, la producción, la agroindustria, el intercambio, las exportaciones, las nuevas tecnologías, la ciencia, la técnica y una investigación permanente para alcanzar respuestas adecuadas y vinculaciones personales con las nuevas oportunidades y demandas, con rigor científico, pragmatismo y prontitud hacia una cultura de la satisfacción.
De tal manera entonces, las estrategias de desarrollo en situaciones de conflicto y las ventajas de la cooperación frente a la confrontación en el marco de la economía posmoderna, deben ser consideradas mas seria y apropiadamente; no sólo porque este `tipo´ de metodología haya recibido el Nobel a la Economía, 2005´.
Ahora bien, este cambio en nuestro desarrollo debe implicar un desempeño armónico entre el hombre y la naturaleza y, atento que las actividades económicas principalmente han dañado gravemente a ésta, provocando concretos cambios climáticos, la mirada debe reorientarse a producir con limpieza, reciclar todo lo reciclable impregnando de verde la economía, reverdeciendo nuestras tierras degradadas, reforestando nuestros montes y bosques arrasados por un agroboom sojero-pasajero para amarrar finalmente en el puerto de la equidad, de la inclusión, del progreso, de la libertad y la paz.
Todo un detalle constituyen Chile, México y hasta la misma China al exhibir que han adquirido el don de la neutralidad política en sus desarrollos socioeconómicos y, singularmente, una vacuna eficaz contra todo personalismo que tanto –y siempre- agobia con catálogos de ilusiones y mágicas fantasías ante la descontrolada megaferia actual de vanidades.
Entonces, sin demoras ni distracciones, todos tenemos que ir poco a poco, codo a codo operando desde el propio quehacer inspirados en lo maravilloso que desarrolló a nuestra hermosa nación en sus albores, aprendiendo de esos hombres, de esas épocas con valores de familia, educación, trabajo, ahorro, justicia, desarrollo, fraternidad y patriotismo.
Por esos días, ante el lustro por venir, si bien hay aspectos y situaciones reprochables muchos más son nuestros logros recientes -infrecuentes en tal manifestación a la luz de la crisis 2001-2002-, razón por la cual, bien podemos anhelar legítimamente que la nueva evaluación de los objetivos de desarrollo del milenio por parte de las Naciones Unidas concluyan también para Argentina en un merecido elogio que nos aliente a redoblar los esfuerzos y nos brinde más elementos de certeza en lo concerniente a un cambio vívido y creíble en cuanto tal.
1Profesor Universitario de grado y postgrado en Derecho Cooperativo.
Docente e Investigador por Concurso del Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales – Universidad Nacional de Córdoba-República Argentina.
Director de:
-Proyecto Nacional para la Microempresa Urbana y Rural.
-Proyecto Docente Cooperativo.
-Proyecto para la MicroRegulación de los Servicios Públicos Esenciales
Premios:
-Adepa-Faca, a la Abogacia Argentina, 1990´
-Gota en el Mar, 2005´
al periodismo solidario.
2Según Delgado Ramos de la UNAM-México, la nanotecnología se ha verificado para la competencia intercapitalista como un nuevo nicho. La misma se refiere a la manipulación de la materia en escala nanométrica, es decir, en mil millonésimas de metro. Se trata de una tecnología que, más allá de caracterizarse por operar en esas dimensiones (que también manejan la química o la física, alude al diseño, caracterización y producción de nanoestructuras, nanodispositivos y nanosistemas. La novedad radica en que se puede controlar la forma, el tamaño y las propiedades de la materia para aplicaciones civiles o militares. Estas son tan diversas y con grados de complejidad tan amplios, que los especialistas prefieren hablar de nanotecnologías para referirse con mayor precisión a su multiplicidad de usos. Por ejemplo, los materiales nanoestructurados se utilizan en productos de lujo como bolas de tenis, golf o boliche; en la fabricación de neumáticos de alto rendimiento o de telas con propiedades antimanchas o antiarrugas; en cosméticos, fármacos y nuevos tratamientos terapéuticos; en la mejora de procesos productivos mediante la introducción de materiales mas resistentes (tanto industriales como agroindustriales); en filtros y membranas de agua y remedios ambientales; en el diseño de nuevos materiales para usos que van desde la electrónica, la aeronáutica y prácticamente toda la industria del transporte, etcétera.-
Bertossi "Desarrollo" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/bertossi/desarrollo (Consultado el 21 de Nov de 2024)