1.3.1 Características y diferencias de las aglomeraciones geográficas de empresas
Antes de comenzar a tratar el tema de los clusters TIC nacionales, se hará una breve disgresión para comprender mejor los significados y diferencias que hay cuando hablamos de los polos, distritos y parques, tanto industriales como tecnológicos. En principio, todos representan algún grado de concentración geográfica de empresas de una misma rama económica, que puede ser más o menos específica; por ejemplo, un polo petroquímico puede ir desde la refinación de petróleo, a la producción de fertilizantes o el tratamiento de químicos básicos para otra industria.
Al ahondar en estos conceptos, se puede ver que hay pequeñas diferencias entre ellos, según el tipo de aglomeración que se estudie. Nuevamente, el punto de partida lo representa la observación de Marshall que comenzó definiendo a los “distritos industriales” de su época. Hay dos clases de modos de producción que él distinguió: uno centrado en grandes unidades productivas integradas verticalmente hacia su interior, y otro basado en la concentración de numerosas fábricas de pequeñas dimensiones y especializadas en las diferentes fases de un único proceso productivo en una o varias localidades. Con respecto al segundo, Marshall considera que si bien las ventajas de la división del trabajo sólo se pueden obtener en las fábricas muy grandes, también se pueden obtener de pequeñas fábricas y talleres, con tal de que exista un número muy elevado de la misma actividad.
Por su parte, la visión de Porter varias décadas más tarde se centra en el concepto de “cluster”, donde observaba que las empresas se conglomeraban en pequeñas áreas geográficas específicas para cada tipo de industria (haciendo hincapié en la competitividad de dicho sector analizado) Porter, Michael. Op. Cit., 115.. Este territorio se caracteriza, como se vio, en la calidad de los recursos humanos especializados, las cadenas de proveedores, la rivalidad competitiva-cooperativa y la generación de sinergias que hacen eficiente al conjunto.
En los últimos 20 años han surgido diferentes estudios sobre lo que debería entenderse por cluster, motivados por un proceso de desarrollo capitalista global que tuvo su correlato en la aparición de muchos conglomerados geográficos de empresas que no siempre se podían definir de una manera determinada. El catedrático español Mikel Navarro realizó un compendio de los diferentes análisis al respecto, encontrando que los clusters pueden distinguirse por diferentes parámetros: según el tipo de integración y relacionamiento (vertical, horizontal, sectorial o transectorial); por el nivel económico de los flujos (“micro” entre empresas, “meso” intra e intersectorial, o “macro” por el patrón de especialización del conjunto del territorio); según las organizaciones que participan (solo empresas, o también universidades, institución pública, etc.); entre demás clasificaciones Navarro Arancegui, Mikel. El análisis y la política de clusters. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2001, 25-26.. Para el objetivo de este trabajo, desde el punto de vista de los vínculos o flujos el análisis se centrará en su faceta de tipo “macro” de la industria TIC en Argentina, dejando de lado las vinculaciones micro y meso.
Para sintetizar las diferencias entre cluster y distrito industrial, se puede empezar diciendo que el distrito es una entidad socio-territorial caracterizada por la presencia simultánea activa, en un área territorial delimitada desde el punto de vista natural e históricamente determinada; de una comunidad de personas y de una población de empresas que tienden a interrelacionarse mutuamente1. Es una visión más territorial en el que se le da importancia al agrupamiento de empresas y personas en un ámbito local; está asociado (ya desde el análisis de Marshall) a un modo de vida y relacionamiento sociolaboral de una comunidad.
Por su parte, según ha definido Porter, los clusters son concentraciones geográficas de empresas interconectadas, de proveedores especializados, organizaciones vinculadas y trabajo especializado. Se centra en las ventajas competitivas desde el punto de vista corporativo, no en una mirada de desarrollo e integración social; es un modelo más microeconómico y administrativo de redes de relación para generación de competitividad.
Es decir, un análisis de “distrito” tiene en general un mayor protagonismo sociológico, histórico y hasta político (por las tendencias de sus habitantes a votar a determinadas fuerzas políticas, por ejemplo), mientras que un “cluster” se centraría en una mirada hacia las organizaciones productivas y sus ventajas competitivas en la economía global.
Para finalizar este apartado, hay que nombrar también a los llamados “parques” o “polos”, que en general están destinados a actividades industriales. En su mayoría, estos espacios se encuentran delimitados geográficamente en las afueras de alguna ciudad para la instalación de industrias, actividades productivas y de servicios. Los mismos cuentan con infraestructura y equipamientos, que optimizan la radicación y organización territorial de las actividades productivas. Becattini, Giacomo. “The marshallian industrial district as a socio-economic concept”, en Industrial Districts and Inter-firm Cooperation, Pyke, F. Becattini, G. y Sengenberger. W. (eds.). Génova: IILS, 1990. Se basa en un plan deliberado de proveer de infraestructura, servicios públicos, seguridad interna y periférica, control ambiental, planificación urbana y accesos a rutas terrestres, fluviales y/o marítimas, entre demás beneficios. Además de lo antedicho, los parques o polos se caracterizan por tener un fuerte componente de programación pública (ya sea del Estado nacional, provincial, municipal o los mismos en conjunto), que delimita el lugar y le instala cercos perimetrales, amén de los diversos beneficios fiscales y de provisión “privilegiada” de determinados servicios públicos.
A pesar de que este tema de las diferencias entre distrito, parque, zona, polo, cluster y demás formas de denominar a esas aglomeraciones posee una rica bibliografía, se detiene aquí el análisis por no ser el objetivo primordial del trabajo. Simplemente es una oportunidad de adquirir nuevos conceptos al hablar de ciertas palabras que muchas veces se toman como sinónimos pero el estudio científico se ha encargado de realizar análisis de mucho mayor valor agregado.
En lo sucesivo, se utilizará la denominación “cluster” por ser el concepto que más se acerca a las características de cada uno de los casos estudiados, aunque los mismos posean nombres disímiles como “polo tecnológico”, “cluster IT” o “distrito informático”, entre otros. En este apartado se pudo ver que los nombres de estos lugares están más relacionados con la estética de las palabras utilizadas para autodenominarse que con la definición exacta de su propio espacio geográfico con empresas de base tecnológica.
1.3.2 Ejemplos en la Ciudad de Buenos Aires
La información suministrada en este apartado pertenece al Ministerio de Desarrollo Económico del G.C.B.A. http://www.buenosaires.gov.ar/areas/produccion/?menu_id=6 (acceso mayo 2011)
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires posee la característica de tener el PBI per cápita más alto del país (US$ 24.300 por habitante, mientras que la media de Argentina es US$ 8.050), una gran dinámica económica y por ser el centro de decisiones políticas y financieras del país. El G.C.B.A. a través de su Ministerio de Desarrollo Económico ha definido un grupo de actividades estratégicas: las empresas TIC, el turismo, las industrias audiovisuales y el real estate. Para ello ha impulsado políticas de impulso a la formación de aglomeraciones de empresas, mediante la sanción de leyes municipales, oficinas de atención para minimizar las trabas burocráticas, sumado a beneficios fiscales y créditos preferenciales del Banco Ciudad.
En esta ciudad se presentan diferentes casos de concentraciones que se pueden analizar más profundamente gracias a las herramientas conceptuales vistas arribas. Por un lado, desde 2005 funciona el Centro Metropolitano de Diseño en las instalaciones recicladas del antiguo Mercado del Pescado. Es un “ámbito de apoyo a la innovación” y centraliza las respuestas de la Ciudad sus emprendedores de diseño; amén de que Buenos Aires fue declarada Ciudad del Diseño por la UNESCO.
Los dos edificios que componen el conjunto CMD suman una superficie de 14.000 m², con un potencial de ocupación cercano a las 1.500 personas. En su interior albergan oficinas gubernamentales de promoción del diseño, las industrias creativas y el comercio exterior; 70 boxes para incubación de emprendimientos; un auditorio con capacidad para 250 personas; aulas y espacios para talleres y laboratorios; 3.000 m² para exposiciones y muestras; una biblioteca especializada, un museo de sitio, un centro cultural y de interpretación barrial y cafetería, entre otras. El Centro de Investigación, Desarrollo, Innovación y Diseño en Ingeniería (CIDIDI) ocupa un espacio privilegiado en el edificio, con laboratorios y talleres propios Centro Metropolitano de Diseño. http://cmd.mdebuenosaires.gob.ar/system/contenido.php?id_cat=36 (acceso mayo 2011).
En definitiva este denominado “centro” es un espacio físico concreto para dar respuesta a una actividad que por sus propias características tiene un alto grado de emprendimientos individuales y donde estos diseñadores necesitan el apoyo del sector público para desarrollar sus ideas.
El G.C.B.A. también se encuentra impulsando el Distrito Tecnológico de Parque Patricios, con una importante inversión en infraestructura, beneficios fiscales y la idea de cambiar la fisonomía del barrio. En este caso hay una clara intención de que se instalen nuevas empresas, se construyan nuevos edificios y viviendas, convirtiéndose en una opción viable para que los futuros “trabajadores IT” decidan vivir allí. Una alternativa al respecto es la que ofrece el Banco Ciudad, que posee líneas de créditos especiales para quienes decidan comprar o edificar en esa zona de la Ciudad. Es decir, este Distrito Tecnológico es una de las estrategias de políticas públicas selectivas para fomentar una aglomeración geográfica no solo de empresas, sino de las personas que decidan instalarse a vivir ahí.
En la Ciudad de Buenos Aires hay otros dos proyectos con diferente grado de avance: el Distrito Audiovisual y el Polo Farmacéutico. El primero abarcaría partes de los barrios de Chacarita, Colegiales, Palermo y Villa Ortúzar, con beneficios impositivos (exención de Ingresos Brutos) para las empresas audiovisuales que decidan instalarse, amén de la concentración de la oferta para los que decidan producir contenidos tanto para este país como para el exterior. Según datos del G.C.B.A., la Ciudad concentra más de un 58,7% del rodaje del país, ocupando aproximadamente a unos 63.000 personas Ministerio Desarrollo Económico, GCBA. http://www.buenosaires.gob.ar/areas/produccion/distritoaudio.php (acc. mayo 2011). A su vez, se afirma que será un nuevo punto de atracción turística por la nueva faceta “fashion”.
El Polo Farmacéutico, por su parte, estará ubicado en los terrenos delimitados por las avenidas Escalada, Gral. Francisco Fernández de la Cruz y la calle pública paralela a las vías del Ferrocarril Metropolitano (ex Gral. Belgrano), que fue zonificada para tal fin por una ley de la Legislatura de la Ciudad en agosto del 2005. La superficie de los terrenos es de 82.590 M², que serán destinados a la construcción de plantas farmacéuticas, más 23.910 M² para toda la obra de infraestructura necesaria para su funcionamiento, como la delimitación del perímetro, nivelación, construcción de accesos y calles de circulación interna, acometidas y distribución de los servicios públicos y desagües de las parcelas, mantenimiento, iluminación y parquización. Se estima que la concreción del proyecto completo ocupará alrededor de 2.000 personas Ministerio Desarrollo Económico, GCBA.
http://www.buenosaires.gov.ar/noticias/?modulo=ver&idioma=es&item_id=6&contenido_id=11549 (acceso mayo 2011).
Este último es un ejemplo más acabado de la idea de parque o polo que se trató anteriormente, donde el sector público delimita un área geográfica, brinda infraestructura, instala servicios públicos y luego fomenta la instalación de empresas de un rubro determinado mediante diversos beneficios impositivos y/o crediticios.
En síntesis, el objetivo de esta parte del trabajo fue mostrar cómo en una misma zona geográfica pueden surgir diferentes alternativas de aglomeraciones geográficas de empresas, con características diferentes según el sector económico que se vaya a instalar (tecnología y software, plantas industriales, emprendedores de diseño), la dinámica propia que los actores del sector público le quieran imprimir y la planificación urbana que al invertir en infraestructura pública para el transporte, los servicios, la iluminación y la seguridad buscan influenciar positivamente en las decisiones de radicación no solo de empresas, sino de los trabajadores que elijan vivir en estas nuevas zonas.
Autor: Juan Ignacio Zaballa
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