La forma del capital productor de interés, esto es, que el dinero produce más dinero, implica que toda renta regular de dinero se presente como interés de un capital, provenga o no de un capital. Primero se convierte en interés la renta monetaria, y después se calcula el capital del que aquel interés supuestamente proviene.
Pongamos por ejemplo el salario. Supongamos que una persona gane al mes 1000 euros.
Si el tipo de interés es del 5 %, los 1000 euros se presentarían como el interés que arroja un capital de 20.000 euros. El salario se consideraría aquí como el interés, y la fuerza de trabajo como el capital que arroja este interés. El absurdo de la concepción capitalista llega aquí a extremos irrisorios, puesto en vez de explicar la valorización del capital por la explotación de la fuerza de trabajo, se procede al revés, se presenta la fuerza de trabajo como si fuera un capital que arroja un interés específico: el salario. La mejor manera de desbaratar este absurdo estriba en saber que el obrero tiene que trabajar para poder obtener ese “interés” llamado salario, mientras que el capitalista monetario no tiene que trabajar para percibirlo.
Pero aclaremos mejor el concepto de capital ficticio poniendo como ejemplo la deuda pública. El Estado toma prestado dinero y emite títulos de deuda pública. Aquí el acreedor, quien posee el título de deuda, no puede romper sus lazos con el deudor, el Estado. Lo que sí puede hacer es vender a otra persona ese título de deuda. Pero lo primero que debemos ver claro es que el capital prestado ya no existe, puesto que el Estado ya se lo ha gastado. Lo único que existe es un título de deuda en manos del acreedor. Supongamos que este título de deuda tenga un valor nominal de 100 euros y que el tipo de interés sea del 5 %. El propietario del título podrá reclamar cada seis meses o cada año el 5 % que le corresponde de los impuestos recaudados por el Estado. En eso se basa su derecho de propiedad. Pero tiene otra opción: puede venderlo a otra persona por 100 euros. Pero en todos estos casos el capital sigue siendo ilusorio, ficticio. Y por dos razones fundamentales: una, porque ya se gastó, y dos, porque no se usó como capital.
Autor: Francisco Umpierrez Sanchez
Octubre de 2008
Francisco Umpierrez Sanchez "El Capital Ficticio" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/crisis-capitalista-marx/capital-ficticio (Consultado el 22 de Nov de 2024)