Aportar al discurso intelectual en torno al desarrollo económico de los países se ha convertido en una fuente inquietante para los economistas pues la razón del éxito en la economía no solo radica en el incremento de sus niveles de producto interno bruto PIB, sino en la manera como se distribuyen los beneficios obtenidos de dicha expansión económica en la sociedad traducidos en un ingreso per cápita suficiente para adquirir una canasta de bienes y servicios coherente con las necesidades de cada uno, por otro lado, la inversión de capital en el desarrollo de conocimientos (educación) para generar con los recursos humanos disponibles una buena condición en la productividad, la consecución de metas a largo plazo de sostenibilidad ambiental y la sostenibilidad macroeconómica por medio de una política económica fuerte son condiciones fundamentales en el aprovechamiento de las ventajas del crecimiento económico.
La configuración social, establecida por principios, normas y procedimientos coherentes con la cultura de los países, es fundamental en la incorporación de cambios sustanciales en el modelo económico, funcionando como catalizador de los efectos positivos sobre el bienestar de manera que se acepten cambios de ajuste en las variables macro en vista de resultados favorables para la economía. En manos de la sociedad está el rompimiento de círculos viciosos de pobreza y desigualdad si se aprovechan eficientemente las herramientas que tanto el mercado como el Estado ponen en evidencia a fin de flexibilizar el proceso de producción y distribución de ingresos. (hablando de la variable “productividad” que en muchos casos depende del conocimiento técnico del trabajador).
Las fórmulas para llegar al desarrollo económico varían dependiendo del nivel de desarrollo de los países, por tanto, no existe una única solución al problema del desarrollo, pues está comprometida con los cambios que sea necesario incorporar a las economías sobre todo las subdesarrolladas para alcanzar el umbral de bienestar óptimo a partir del mercado. Las condiciones de la economía parten desde un modelo paretiano, donde no es posible mejorar las condiciones de uno sin empeorar las de otro, lo que se puede hacer, es reducir el impacto negativo de unas decisiones sobre la sociedad, de esta manera, la brecha entre ricos y pobres puede reducirse.
Hablar de desarrollo económico es tener en cuenta las condiciones en las que se encuentra la economía en el periodo T y hacer una retropolación hacia T-1 para establecer los puntos críticos que mantienen sesgada la economía en ese momento. Por otro lado, es reconocer que el proceso de desarrollo económico está dado a partir de una multiplicidad de factores que pueden darse tanto interna como externamente, dependiendo de la fuerza con que se modifiquen las distintas variables.
La manifestación más evolucionada del mercado aparece en la globalización, donde la presencia de tecnologías avanzadas y constante renovación de los procesos productivos exige la especialización del trabajo en áreas eficientes de alta productividad buscando ventajas competitivas que permitan la interacción con un sector externo para expandir las posibilidades que tiene la FPP de las economías. Pueden existir factores de impacto positivos, como también la presencia de fallos de mercado y la existencia de desigualdades si no se controla desde el lado de las instituciones la distribución del ingreso y la sostenibilidad del bienestar como fin último para asegurar las condiciones de vida de la sociedad.
Autor: Gustavo Sepúlveda
Gustavo sepulveda "Conclusiones" [en linea]
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