Educación

por Roberto F. Bertossi

La educación nos revela nuestras posibilidades y nuestros límites.

Para ello, la misión educativa debe recuperar su autoridad, su calidad, su eficacia, esto es, su prestigio, sus influencias, su relevancia, trascendencia y preponderancia.

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El derecho constitucional de enseñar y aprender implica entonces, no solo financiamiento sino el replanteo de algunos objetivos de la educación en tanto bien social y responsabilidad común.

En esa perspectiva, la reorganización y refuncionalización educativa señala el inicio y la dirección de su paulatina reconversión para una continua adecuación y satisfacción de las necesidades ciudadanas. Por consiguiente, los sistemas de educación y formación deben seguir transformándose al objeto de responder, cada vez más, con rigor y prontitud, a las necesidades del mercado del trabajo.

El Estado tiene la responsabilidad principal e indelegable de establecer, democrática y consensuadamente los objetivos pedagógicos y de regular el servicio educativo tendiente a conformar una sociedad mas justa, más autónoma y más solidaria, traduciendo y expandiendo los derechos, garantías, deberes y oportunidades en efectivas y concretas capacidades.

¿Cómo imaginar el desarrollo, el crecimiento y aun sacrificios compartidos sin equidad educativa legitimante?

¿Cómo educar y educarnos sin infraestructura educativa, sin reconocimiento social y sin asignaciones presupuestarias adecuadas a la prioridad que se le atribuye a la educación?

¿A quien beneficia la ignorancia?

A quien perjudica la instrucción, la información, la capacitación y las asimilaciones tecnológicas universales?

A quienes y a qué hemos de atribuirle el absentismo del ciudadano, del vecino, del contribuyente, es decir su recurrente ausencia de participación e interés...

¿Cómo prescindir de la escuela del conocimiento?

Y porqué educar al soberano?

Bueno, porque sin conocimiento no hay educación ni ciudadanía, sin educación no hay diálogo ni participación -autónoma, independiente, responsable- y, sin todo esto no hay ‘debate serio’ y, sin debate, bueno, la propia democracia (pan ciudadano) en casi ya un cuarto de siglo, nos ha ofrecido toda clase de sacrificios y esfuerzos por permanecer...

El papel que la educación representa para una expansión equitativa personal, social, económica, cultural y ambiental no solo debe ser revalorizado sino, atesorado definitivamente.

Uno de los mayores y más urgentes problemas que plantea el reto tecnológico es el educativo. La formación educativa constituye el auténtico talón de Aquiles de nuestro presente y de nuestro futuro.
Además de la formación necesaria para la juventud, resulta insoslayable disponer el reciclaje de todos los trabajadores y de los cuadros y mandos de las micro, pequeñas y medianas empresas, que son los que deben defender de inmediato su nivel de competitividad.

Por eso, el nivel técnico suficiente para ejercer un oficio, una profesionalidad requiere de ciertos complementos solo asequibles en el marco de una mayor y mejor vinculación entre educación y empresa.
A modo conclusivo, “la educación y capacitación deben ser permanentes” como, asimismo, admitir que la educación que despierta conocimientos, principalmente debe ceder el paso a la que forma hombres probos, capaces, responsables y ocupados en el mejor alcance y sentido de la cultura de la satisfacción.

Finalmente, con este enfoque se podría proporcionar una mayor racionalidad y eficacia a la gestión empresarial (para generar empleos antes también, debemos generar empresas, emprendimientos y actividades productivas) reduciendo la distancia existente entre el mundo docente y el productivo, distancia significativamente mayor que un intersticio y que posterga inaceptablemente, una concreta igualdad de trato y de oportunidades.

Como citar este artículo: 

Bertossi "Educación" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/educacion/educacion01 (Consultado el 03 de Dic de 2019)



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