Más Chistes

 Un colega estudiante de economía de la Universidad Central de Venezuela me envio estos chistes. Los comparto acá con ustedes.

  • cuando los médicos cometen errores, tienen la decencia de matar a sus pacientes. Los economistas meramente los arruinan (como consuelo, los abogados además los enzarzan, encierran y entierran).
     

  • cuando a cierto grupo no se le entiende lo que dice, puede tratarse de turistas, de alguna minoría nacional, o más probablemente, de un grupo de economistas. Eso es válido en cualquier país.
     
  • variante de la Ley de Murphy : los economistas tienen más influencia no solamente en los asuntos que menos saben, sino especialmente donde no están de acuerdo. (hay peores variantes de esta Ley).
     

  • un macroeconomista no es un economista de gran tamaño, ni un microeconomista un tipo bajito. Más bien, un macroeconomista propende a la filosofía política (o a la política filosófica, o a cosas todavía más generales) y un microeconomista, a cambiar varias veces de sitio la más cercana peseta (o el euro, o lo que corresponda), con la intención de poder sumarlas.
     

  • indudablemente la primera profesión que se creó fue la de economista. No se olvide que primero había el Caos. Puede que el economista fuera anterior.
     

  • cuando un economista hace una estimación jamás debe inferirse que el economista estima o aprecia a alguien. Tan sólo, que se niega a dar un cálculo exacto.
     

  • casi todos los economistas negarán en redondo hablar ninguna jerga profesional e ininteligible para el común de los mortales. Pruebe sin embargo a hacerse explicar a un economista, con claridad, qué relación hay entre ser bruto y tener amortizaciones (que, para colmo, son pendientes).
     

  • de lo anterior puede derivarse que donde hay mucha inflación es que ello se produce porque hay gran y generalizada subida de precios. Es infalible. 
     

  • cuando un economista se pasea de excursión, siempre establece la hipótesis de llegar a la cumbre de una montaña, o a la ribera de algún lago. Incluso cuando no tiene la menor intención de ir a tales lugares, o hubiese llegado de forma casual.
     

  • un economista que no tiene trabajo goza, al menos, de la ventaja de saber el porqué.
     

  • francamente, es abusivo colocar en la sección No-Ficción, los libros de texto utilizados para la enseñanza de la economía. (al menos mientras no les acompañen los libros médicos, se suele añadir).
     

  • de un precio se dice que es económico cuando es bajo, esto es, cuando la mercancía es barata. Pero nada que ver.
     

  • un economista suele tener pericia en describir algo, pero sufre grandes dificultados en describir alguien
     

  • mucha prensa económica se asemeja a las revistas de moda femenina. Grandes cambios en la forma, muchas sugerencias, nada de lo esencial.
     

  • hay una cosa en común entre el Paraíso y la economía de mercado : todos quieren llegar, pero no todavía.
     

  • las previsiones de los econometristas están, se ha comprobado, relacionadas con los resultados de las apuestas en los casinos. Pero lamentablemente, con los resultados del pasado.
     

  • magnífica prueba de que los economistas no son misóginos ni sexistas : un economista de sexo masculino se llama precisamente economista. Una economista de sexo femenino, cuando la haya, se deberá llamar economisto, a falta de mejor apaño. Verá que semejante arreglo no cabe en ninguna otra profesión y nos resulta una nueva e irrefutable hipótesis y prueba de ningún sexismo economístico.

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