A modo de introducción

A modo de introducción.

Bolivia es un país muy rico. Es en realidad “un mendigo sentado en una silla de oro”. Un ojo curioso e inteligente podría ver a cada paso una actividad económica muy provechosa en cada parte del territorio nacional. En el siglo XIX los astutos inversores y emprendedores empresarios chilenos vieron en sus 120mil km2 de costa llena de preciadas defecaciones de gaviotas una gran oportunidad de hacerse ricos

, ya que eran muy requeridas como abono en las agotadas tierras europeas. Esta gran riqueza provocó la primera de una cadena de guerras fronterizas de este país central con todos sus vecinos. Al final gracias a contratos firmados con empresas extranjeras (inglesas) provocaron la secesión del territorio y su anexión a un país más cercano a los intereses de las Salitreras con capital inglés, ya que Chile renunció a los beneficios de la explotación a cambio del territorio. Podemos hablar de una historia parecida en 1901 en la extensa selva boliviana colindante con el Brasil en el que se perdieron más de 200mil km2 y en el que había un recurso tan importante como fue la goma, o en 1935 en la fraticida guerra del Chaco con el Paraguay por el control de los supuestos yacimientos petrolíferos en el subsuelo de ese desierto. En fin, Bolivia además fue el segundo productor de plata del mundo y ahora ostenta los primeros lugares, fue el mayor productor de estaño, produce wolframio, etc. Pero ¿acaso ha servido para que el país salga de la extrema pobreza en la que siempre ha vivido la mayoría de su población? Tanto la explotación del guano y el salitre, como la del petróleo chaqueño, la goma del Acre, el estaño y la plata del Cerro Rico de Potosí fueron llevados a cabo con una gran inversión de capital extranjero, pero eso no garantizó ni garantizará nunca el progreso del país. A mi entender el IED sólo sirve al país cuando se hace mediante un contrato legal entre el gobierno del país y la empresa. El contrato debe limitar la repatriación de los beneficios que produzcan los recursos naturales de que disponemos. Debe también garantizar los derechos de los trabajadores que contraten (seguros, salario justo, seguridad laboral, etc.) y deberá también controlar que los ingresos por concepto de impuestos sean puntualmente pagados al Estado. Es muy fácil tergiversar las cosas como lo hacen algunos demagogos y decir que a las empresas que se asientan en Bolivia no se les da ninguna clase de seguridad jurídica y que se les puede confiscar su patrimonio sin mencionar que estas empresas firmaron contratos con dictadores o contratos no aprobados por las correspondientes autoridades del país sino tan sólo por un partido político. Las empresas que el presidente Morales “nacionalizó” lo fueron porque incumplían todas las condiciones que mencioné antes. En los años 90 se llevó a cabo una privatización en muchos casos descabellada de empresas estatales muy rentables y que funcionaban perfectamente produciendo altos ingresos o por lo menos proporcionando a la población lo mínimo necesario para un aceptable nivel de vida. Hoy en día la privatizada Empresa Nacional de Ferrocarriles no es más que un montón de estaciones cerradas y hierros oxidados y torcidos de lo que antes fue una buena red ferroviaria. La línea bandera boliviana (fundada en 1925, antes que en cualquier otro país sudamericano) está en quiebra después de su privatización. Por supuesto que otras han tenido éxito como la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, o la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, pero si las cosas se hacen por hacer nada más, nunca nada podrá sacar a Bolivia de su pobreza. No digo que el presidente Morales sea el salvador de Bolivia, pero digo que no está dispuesto a acatar órdenes ni a traer patrones a Bolivia sino a contratar socios. Desde 2005 que el gobierno boliviano tiene más de la mitad (no toda la empresa) de las acciones de Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos las reservas de divisas en Bolivia han alcanzado una cifra record. Por primera vez el país tiene superávit, por primera vez el PIB a crecido de forma sostenida. Pero por supuesto esto no le importa a la oligarquía local, a ellos les importa los sobornos que pierden, los ingresos a sus bolsillos por la explotación de recursos.

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El problema de Bolivia más que su pobreza es la actitud de sus dos grandes bloques sociales. Por un lado la rica oligarquía, blanca, racista ya hora regionalista, y por otro la gran indiada pobre, morena y a su modo también racista. Entre estos dos grupos han logrado que el país no crezca. Uno porque se cree inmensamente superior al otro y el otro porque está secularmente resentida con la anterior y ambos porque no se consideran hermanos unos a otros. Aunque se niegue, las convicciones morales para con el compatriota, la actitud hacia el prójimo, el compañerismo, la lealtad, la honestidad, la confianza, etc., son valores que enriquecen a una nación. Estas virtudes vienen impuestas muchas veces por la religión, hasta tal punto que algunos autores han declarado que los países anglosajones son ricos porque son protestantes, pero este tema lo dejaré para otra entrada. Lo importante aquí es recuperar estos valores que se están perdiendo a escala mundial, pero que afectan doblemente a Bolivia por ser un país “pobre”. Así que lo primero de todo sería luchar contra el racismo, ya que ahora no somos ni hijos de europeos ni hijos de indios somos bolivianos, nombre que no hemos acabado de comprender a pesar de 184 años de existencia. Boliviano es sobre todo el nacido en Bolivia y todo el que nacido en otra tierra ame esta más que a la suya propia (algunos la aman más incluso que los nacidos en esta).

Todos estos comentarios darán pie a una serie de artículos para cada tema planteado en esta entrada introductoria.

Como citar este artículo: 

JuanIllanes "A modo de introducción" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/juanillanes/modo-introduccion (Consultado el 01 de Mayo de 2019)



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