Movilidad Ocupacional en el sector informal

Los estudios de movilidad ocupacional se enmarcan dentro de un espectro más grande que es el de movilidad social. En el ámbito social  puede catalogarse dos tipos de movilidad: la movilidad horizontal que hace referencia al desplazamiento físico de los sujetos de un lugar a otro, migración, y la movilidad vertical que se refiere al cambio de status social de un individuo. La movilidad ocupacional a la que nos referimos en este estudio se inscribe en el segundo tipo (movilidad horizontal).

Diversas perspectivas han abordado el problema de la movilidad con el fin de dar un sustento teórico que indique cuáles son las causas para que se dé el transito ocupacional de una categoría a otra en el trabajo. Si retomamos a Bourdieu (1979) podría afirmarse que no existe movilidad ocupacional como tal, en su lugar, se dan mecanismos de permanencia en la estructura de clases o status ocupacionales. Siguiendo a este autor, la   movilidad ocupacional se daría de forma intrasectorial y vendría definida con el propósito de mejorar las condiciones de un grupo específico y crear un “habitus” para el individuo.

Desde otra perspectiva, Piore (1980) ha planteado la existencia de un mercado laboral dual con una estructura de clases definida. Dicho mercado estaría integrado por un sector protegido y plenamente incluido en la economía, y otro sector desprotegido que abarcaría a los individuos que no pudieron acceder al primer sector. A diferencia de Bourdieu, quien centraba su atención en los mecanismos que perpetúan la desigualdad social e impiden la movilidad entre clases sociales, Piore se fundamenta en las cadenas de movilidad existentes que le permiten al individuo ascender dentro de la clase social a la cual pertenece. El acceso al sector protegido del mercado laboral y la movilidad ascendente dentro de este estarían determinados por la presión ejercida por la oferta laboral, el nivel de calificación de la mano de obra (entendida en términos de escolaridad y experiencia laboral) y la clase social a la cual pertenece el individuo (Piore, 1975)

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Si bien ambas perspectivas plantean un marco teórico general para explicar la movilidad ocupacional, deben ser entendidas en el contexto socioeconómico que fueron planteadas (Bourdieu estudia la movilidad social – ocupacional para el caso de Francia en la década de los setenta y Piore aborda el caso de Estados Unidos en los sesentas). No obstante, para nuestro caso particular de la movilidad ocupacional en el sector informal, vale la pena rescatar de Bourdieu el tema de los mecanismos de perpetuación de una clase social, y de Piore, el peso que significa pertenecer a una clase determinada para poderse movilizar dentro del mercado laboral. En efecto, si no existiera movilidad intersectorial (sector formal – informal y viceversa) podría llegarse a la misma conclusión de Bourdieu de que existe una alta probabilidad de rechazo ante una movilidad de tipo individual. Es decir, el trabajador informal no se movilizaría hacia el sector formal de la economía por miedo a ser rechazado o no identificarse plenamente con los hábitos que allí se realizan. De otra parte, si el peso de la clase social contribuye a que no exista movilidad intersectorial, el trabajador informal no se movilizaría hacia el sector formal sino más bien tendería a movilizarse entre categorías o clases de informales.

Sin embargo, la evidencia empírica ha demostrado para el caso de América Latina que existe una alta probabilidad de movilidad intersectorial entre los sectores formal e informal de la economía. Los individuos transitan de trabajos informales a formales con la misma probabilidad que lo hacen de manera inversa (Maloney, 2004).No obstante, el hecho que los trabajadores se movilicen del sector formal al informal y viceversa con gran facilidad, no quiere decir que exista la misma facilidad para movilizarse entre diferentes tipos o clases al interior de cada sector.  Si bien Maloney (2004) se ha limitado a describir que la probabilidad de movilizarse o transitar entre trabajos formales e informales es considerablemente elevada, ha argumentado que el trabajo informal es un tipo de empresarialidad obstruido por las fallas de gobierno, con lo cual en la medida que se flexibilice la normatividad vigente la empresarialidad en el sector informal crecera. Desde esta perspectiva se asume que todos los informales son empresarios obstruidos por una inadecuada normatividad, lo cual omite el hecho de que al interior del sector informal existan diferentes tipos de ocupaciones informales, unas más asociadas con situaciones de empresarialidad y otras con situaciones de subsistencia, que dan lugar a una compleja heterogeneidad laboral en el sector informal.

Ahora, si existe movilidad intersectorial formal – informal, ¿qué pasa con la movilidad ocupacional al interior del sector informal? Para resolver esta pregunta,  podemos remitirnos a Goldthorpe (1987) quien señala que en las sociedades industriales modernas es muy frecuente los desplazamientos intra e interclase. Retomando al autor, lo importante no sería analizar los mecanismos de rigidez que se dan dentro de la sociedad, sino los mecanismos de su conformación. Así, a pesar de que la estructura social genere desigualdad, siempre está en movimiento permitiendo que los sujetos transiten de una posición social a otra. Ello indicaría que si la movilidad ocupacional intrasectorial en el  sector informal no es la excepción a lo descrito por Goldthorpe, es muy probable que se den transiciones entre diferentes tipos de ocupaciones informales. Esto se debería a lo que el autor denomina efecto Welfare State, el cual provee a los individuos de mayor o menor calificación, regula o no el ciclo laboral, otorga o no cobertura de seguro al desempleo, y cambia las características sociodemográficas en los individuos.       

En el caso del sector informal se daría movilidad ocupacional intrasectorial en la medida que el estado otorgue mayores oportunidades a los trabajadores informales para que estos se desarrollen dentro de su propio sector o existan las condiciones para transitar libremente entre ocupaciones. La movilidad intersectorial ocurriría al ampliarse las garantías laborales para que los sujetos transiten del trabajo informal al formal.

Ahora bien, en caso de existir movilidad intrasectorial en el sector informal valdría la pena preguntarnos de qué tipo de movilidad estamos hablando (ascendente o descendente) y cómo varían las probabilidades de movilidad respecto del periodo analizado. Para lograrlo retomamos lo ya estructurado en una investigación previa (Parra, 2006) para clasificar a los trabajadores informales en: trabajadores de  subsistencia y empresarios informales como ya se menciono. No obstante, para argumentar  nuestra clasificación es pertinente abordar el debate que surge en torno a la heterogeneidad del sector informal y el concepto de empresarialidad.

Uno de los aspectos en el que coinciden todas las corrientes que estudian el fenómeno de la informalidad es el problema de su heterogeneidad. Para Tokman, cuando se estudia el sector informal o se pretende plantear algún tipo de política orientado al mismo, se debe distinguir, en primer lugar, las actividades que poseen un mayor dinamismo dentro de la economía y que absorben a una mayor cantidad de personas de aquellas de tipo estacionario que no aportan ni en absorción laboral ni en productividad. En segundo lugar, debe distinguirse entre las actividades informales que emplean mano de obra remunerada en sus negocios y las de carácter individual (Tokman, 1991).

Portes et.al. (Portes, Castells y Benton, 1989), por su parte, proponen una tipología más depurada de tres tipos de informalidad: la primera integrada por aquellas actividades cuyo fin principal es la supervivencia de una persona u hogar a través de la producción o venta directa de bienes y servicios; la segunda, más enfocada a la flexibilización y reducción de los costos de producción en el sector formal vía mecanismos de subcontratación por medios informales; y la tercera, integrada por las empresas cuyo objetivo es acumular capital aprovechando los nexos de solidaridad existentes entre los individuos informales.

Lo anterior apoya la idea que para estudiar la informalidad es necesario analizar primero la extensa heterogeneidad que existe en ella, y aclarar qué se entiende por informalidad de subsistencia y qué por informalidad empresarial, para así poder establecer los principios bajo los cuales se asignara a cada individuo ocupado en el sector informal a una u otra categoría.

Kirzner (1998), exponente de la escuela austriaca, trata de resolver el problema de la empresarialidad desde la función esencial del empresario en el proceso económico y su relación con situaciones de información imperfecta. El autor retoma la tesis elaborada por Mises en 1986, la cual define al empresario como “un hombre que actúa de acuerdo con los cambios que tienen lugar en los datos del mercado" (Mises, 1986: 46). Siguiendo esta lógica, la empresarialidad se encuentra intrínsicamente relacionada con la incertidumbre en el mercado; si existiera información perfecta los individuos ejecutarían sus acciones de manera mecánica a partir de una relación fines y medios. Sin embargo, como ello no se da, el ser humano se ve en la necesidad de prever elementos futuros a partir de su perspicacia para obtener nuevos recursos disponibles (Kirzner, 1998). Este elemento es el que hace, según el autor, que la acción humana deje de ser mecánica y se convierta en algo creador, activo e innovador, por lo que en esencia “en una economía real y activa todo actor es siempre un empresario” (Ibíd., P. 36).

Por su parte, Cortes y Cuellar (1990), haciendo uso de los planteamientos de Chayanov, indican que la idea de empresa no necesariamente implica que la motivación de los individuos siempre este orientada a la acumulación de capital. Para los autores, en el caso de las empresas familiares, se hace uso de la riqueza demográfica con la que se cuenta para satisfacer las necesidades de los miembros que integran la familia, sin que ello necesariamente vaya orientado a la generación de excedente. No obstante, en esta lógica de producción y o comercialización se encontraría, al igual que en el planteamiento de Mises y Kizner, la racionalidad del individuo para hacer frente a los cambios que ocurren en el mercado, ya no desde la perspectiva de maximizar su tasa de ganancia monetaria sino la de reducir los costos o el esfuerzo invertido en una labor determinada.

Ambas perspectivas dejarían en claro que la empresarialidad no necesariamente está atada a un proceso de generación de excedente de capital o a una tasa de rendimiento esperada, sino a un comportamiento enfocado a aprovechar los recursos disponibles en el presente para dar respuesta a sucesos futuros. De esta manera, una buena parte de los individuos empleados en el sector informal bien podrían ser catalogados como empresarios. No obstante, sería necesario acotar esta definición para no caer en el error de asignar dicho atributo a todos aquellos que optarían por un empleo en el sector informal como una estrategia de subsistencia. La cuestión es saber qué unidades productivas han trascendido dicha condición y se encuentran en una situación de acumulación de capital y/o previsión de factores futuros utilizando sus recursos disponibles, para separarlas de aquellas que no lo han hecho, y aún poder tipologizar a la informalidad de acuerdo con situaciones de subsistencia vs. empresarialidad.

La presente investigación, más que tratar de conceptualizar en torno a qué se debe entender por lo uno o por lo otro, plantea una forma de tipologizar a los informales, introduciendo algunos matices: En primer lugar, se asume como postulado que las personas que laboran de manera individual o en unidades productivas familiares, sea como asalariadas o por cuenta propia, y no emplean mano de obra remunerada en su negocio, bien podrían estar actuando bajo una lógica de satisfacción de sus necesidades básicas primarias – es decir, de subsistencia - sin pretender obtener una tasa de rendimiento o contemplar acontecimientos futuros. Por otra parte, al considerar la variable tipo de mano de obra utilizada – remunerada o no – para diferenciar a las unidades productivas de los individuos que trabajan en la informalidad, y establecer a cuál de ellas se clasifica como empresarial, se estaría asumiendo que solo los informales que emplean por lo menos una persona asalariada en su negocio se consideran empresarios.

Como citar este artículo: 

León Darío Parra Bernal (25 de Abr de 2019 - primera publicación: 2008). "Movilidad Ocupacional en el sector informal". [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/movilidad-ocupacional-sector-informal (Consultado el 06 de Mayo de 2019)



Movilidad Ocupacional en el Sector Informal Urbano: El Caso de México en el año 2000.