¿Puede concebirse un mundo donde no exista el dinero?

Eduardo Dermardirossian
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¿Cuál es la naturaleza del dinero[i] y cuál la del trabajo humano? ¿Es preciso que el trabajo sea retribuido con dinero? Reflexionar sobre estas cuestiones es mi propósito de hoy.

Primitivamente las cosas valían tanto como la necesidad que tenía el hombre de ellas. Luego adquirieron un valor[ii] relativo o de cambio, esto es, valían en relación a las otras cosas. Una cabra por diez alforjas de trigo. Finalmente sobrevino una especie de metálico acuñado o un documento escrito por el soberano al que le fue asignado un valor: así nació el dinero. Quien tenía el dinero podía tener las cosas y podía, también, tener para sí el trabajo ajeno. A la íntima creencia de que el hombre era sagrado siguió la creencia de que, entonces, era sagrado también su trabajo y el dinero que lo retribuía.

Creo que las teorías que se han ensayado sobre el valor son erradas. Rareza, oferta y demanda, necesidad, convención social y otras predicaciones, aún cuando pueden anunciar el precio de las cosas, son impropias para asignarles valor. Sólo el trabajo le asigna valor a las cosas.

Entonces, ¿qué es el trabajo humano? No intentaré definir el concepto porque arriesgaría ser dogmático. Diré, sí, que el trabajo participa de la naturaleza humana por ser su manifestación más conspicua. También diré que dos modos tiene el hombre de preservarse como especie: su reproducción y su trabajo. El hombre ha de reproducirse y ha de trabajar para perdurar sobre la faz de la tierra. Quizá esa, y sólo esa, sea la inmortalidad que alguna vez le fue prometida. En tal sentido, puede decirse que el hombre es sagrado. Y por eso lo es también su trabajo.

Vale la pena recorrer fugazmente la evolución del trabajo humano. En una primera etapa el hombre subsistió colectando frutos y cazando animales. Con el tiempo este hombre nómada se transformó en sedentario cultivando el suelo y conociendo la posesión colectiva de la tierra. Ulteriormente construyó sus utensilios y ropas, deviniendo artesano y manufacturero. En esta etapa de su evolución el hombre se apropió de los bienes y comenzó el desarrollo del individuo propiamente dicho. Nacían así los rudimentos de la propiedad privada, del Estado y del dinero. La esclavitud fue dando paso a la servidumbre y algunos derechos inherentes a la personalidad fueron reconociéndosele a los estamentos bajos de la sociedad. Desde luego es más reciente la invención y aplicación de las máquinas a la producción de bienes, y su consecuencia la concentración de la riqueza. En esta instancia todo el trabajo humano se concentró en su símbolo, el dinero.

Pero los procesos de producción han de sufrir todavía una nueva revolución. Será ahora el turno de la revolución tecnológica, que mediante sus recursos de robotización e informatización expulsará mano de obra, con sus obvias consecuencias de ociosidad y depreciación del trabajo. Las riquezas ya concentradas en la etapa capitalista volverán a reconcentrarse y las relaciones económicas se desarrollarán en el ámbito planetario. El dinero, que según vimos es trabajo humano acumulado, es sacralizado en esta etapa como nunca antes.

Si bien los sistemas políticos han prometido un futuro diferente, diríamos esperanzador para el hombre, no han dicho con verosimilitud cuál será el estadio final de la evolución del trabajo. Las teorías liberales, y sobre todo su aplicación en las sociedades capitalistas, muestran una continua mutación en desmedro del trabajo humano. Por su parte el socialismo, llevado a la práctica en el siglo que culminó, no ha podido sostenerse sobre sus pies y el reconocimiento más o menos igualitario del trabajo no ha dejado resultados que morigeren los rigores del mundo crematístico de nuestros días.

Es claro que no existe una relación necesaria entre trabajo humano y dinero. El trabajo participa de la condición humana, el dinero no. El dinero es aquella invención que, simbolizando el valor del trabajo, permite acopiarlo sin que se degrade por causa del tiempo o de su propia naturaleza. Puede, conceptualmente, considerarse el trabajo con entera independencia del dinero.

Utopía: ¿puede concebirse un mundo donde no exista el dinero? Porque de ser ello posible quedaría abolida la explotación de unos hombres por otros, al tiempo que la humanidad en su conjunto aplicaría su energía a quehaceres concordantes con su propia condición, aproximándose a la meta de su felicidad.

Quizá por ahí transite el camino hacia una nueva sociedad humana.

[i] Cuando hablo de dinero me estoy refiriendo a todas sus formas, a todas sus manifestaciones, materiales e inmateriales, incluidos los registros de datos que importan valores.
[ii] Deliberadamente omito hacer una distinción entre los conceptos de valor y de precio. Elijo, pues, eludir un tema que necesariamente derivaría en consideraciones ideológicas.

Fuente www.dermardigital.blogspot.com

Como citar este artículo: 

Anónimo "¿Puede concebirse un mundo donde no exista el dinero?" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/hombre-trabajo-dinero (Consultado el 16 de Abr de 2024)



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