Propuestas Dicectrices

La Iglesia propone ciertos cursos de acción en relación al problema del desarrollo de los pueblos y de la dependencia económica que, en base a los documentos analizados, pueden agruparse como sigue:

•  Civilización del Amor : En DP, se estimula a los cristianos a ser constructores de la “civilización del amor”, la cual no es un sistema propuesto, sino un marco de referencia de una diversidad de posibles sistemas, “... repele la sujeción y la dependencia perjudicial a la dignidad ...” de los países en desarrollo y se declara inaceptable “... la condición de satélite de ningún país del mundo, ni tampoco de sus ideologías propias ....” Por respeto a la misma libertad de los laicos cristianos, existe una regla de pluralismo en la cual ninguno puede válidamente atribuirse la exclusividad de “lo cristiano”, sin olvidar que, como lo expresa la PP, “... todo programa concebido para lograr el aumento de la producción no tiene otra razón de ser que el servir a la persona humana ...”

La PP propone la intervención pública pero insistiendo en la necesidad de reservar espacio suficiente a la iniciativa privada (33). Además, la creación de un fondo mundial, alimentado con una parte de los gastos mundiales; un diálogo real que afronte el problema de la deuda y las relaciones financieras entre los países; afrontar la cuestión de la equidad en las relaciones comerciales; la necesidad de una autoridad mundial con capacidad jurídica y política real, etc. Afirma que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz (76); para lo cual, tras recordar el papel de la Jerarquía, que enseña e interpreta auténticamente los principios morales, invita en particular a todos los fieles al ejercicio de su libre iniciativa, de un esfuerzo común, movido por la caridad y capaz de sacrificios, para imbuir resueltamente de espíritu evangélico la mentalidad, las leyes y las estructuras sociales en que viven (81-82).

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Una necesidad es que el trabajo sea organizado en función de otros parámetros diferentes de la competencia salvaje entre las empresas; cuanto más amplio viene a ser el horizonte social tanto más favorables se hacen las perspectivas de mejorar las condiciones de vida y la posición social de los trabajadores, pero este resultado no se consigue operando solamente en el campo de las relaciones entre capital y trabajo, sino que conviene promover reformas adicionales en las instituciones. Pero la primacía del trabajo no significa colectivismo ni propiedad estatal, significa derecho al trabajo y atención al sujeto del trabajo; el trabajador debe organizarse para defender sus derechos que están amenazados por las fuerzas económicas más potentes, por ello se repudia toda hostilidad hacia la organización sindical pero se rechaza también la concepción del sindicato como instrumento de revolución social y de conquista de poder.

En SRS , se dice que la conciencia de interdependencia puede ser el inicio de la virtud de la solidaridad: dentro de cada sociedad, reconociéndose personas los unos a los otros, en relación con los bienes de la tierra, destinados a todos, y entre las naciones, de modo que las más fuertes se sientan responsables de las otras. La solidaridad, venciendo las estructuras del pecado, es una camino hacia la paz y el desarrollo; y, como virtud cristiana, manifiesta una dimensión profunda de gratitud verdadera, de capacidad de perdón y de reconciliación.

Juan Pablo II atribuye la responsabilidad en el desarrollo de los pueblos a todos los países por igual donde “... es necesario el pleno respeto de la identidad de cada pueblo, con sus características históricas y culturales ... Para ser tal, el desarrollo debe realizarse en el marco de la solidaridad y de la libertad, sin sacrificar nunca la una a la otra bajo ningún pretexto ... debe fundarse en el amor a Dios y al prójimo, y favorecer las relaciones entre los individuos y las sociedades. Esta es la «civilización del amor», de la que hablaba con frecuencia el Papa Pablo VI .”

•  Cooperación internacional : Se trata de levantar los obstáculos al desarrollo de las economías dependientes, principalmente constituidos por la fluctuación de los precios de las materias primas y de los productos agrícolas. Es necesario otro tipo de modulación de los intercambios, la oposición a la mundialización no apunta sobre la universalización de las transacciones, pero si sobre la manera como ellas se realizan en el mercado capitalista. La apertura de los mercados debe procurar márgenes de maniobra para las economías débiles. El Concilio Vaticano II propone una “... mayor cooperación internacional en el orden económico. Pues la realidad es que, aunque casi todos los pueblos han alcanzado la independencia, distan mucho de verse libres de excesivas desigualdades y de toda suerte de inadmisibles dependencias, así como de alejar de sí el peligro de las dificultades internas ... La ayuda material a los países en vías de desarrollo no podrá prestarse si no se operan profundos cambios en las estructuras actuales del comercio mundial ... Para establecer un auténtico orden económico universal hay que acabar con las pretensiones de lucro excesivo, las ambiciones nacionalistas, el afán de dominación política, los cálculos de carácter militarista y las maquinaciones para difundir e imponer las ideologías ...”

Pero no se propugna la abolición del mercado de concurrencia, como lo enfatizan las corrientes marxistas; sino que el mercado tan solo “ ...ha de mantenerse dentro de los límites que lo hagan justo y moral y, por lo tanto, humano ...”, estableciéndose dentro de éste las políticas necesarias, tanto en el plano nacional como en el internacional, para restablecer una relativa igualdad de posibilidades, planteando la necesidad de una transformación planeada y de raíz de las economías tercermundistas y, por otro lado, haciendo énfasis en la ayuda que deben brindar los países industrializados a los más pobres; “... La justicia social impone que el comercio internacional, si ha de ser humano y moral, restablezca entre las partes por lo menos una relativa igualdad de posibilidades ... Materia en la cual también serían convenientes convenciones internacionales de una geografía suficientemente vasta: podrían establecer normas generales para regularizar ciertos precios, garantizar ciertas producciones y sostener ciertas industrias en su primer tiempo ...” Es decir, que en este documento, se invita a todos los pueblos a llevar a cabo un sistema de relaciones internacionales basadas en la justicia. La paz y el desarrollo forman una unidad de acuerdo a esta encíclica; “... Todos ven la eficacia del auxilio que resultaría de semejante esfuerzo hacia una mayor justicia en las relaciones internacionales para los pueblos en vías de desarrollo, un positivo auxilio que tendría resultados no tan sólo inmediatos, sino también duraderos .”

Se sabe que la inversión productiva multiplica el capital, pero los países atrasados necesitan para despegar inversiones previas, generalmente muy importantes, casi siempre imposibles por la escasa o nula capacidad de ahorro de los mismos; es por eso que en SRS se insiste en la necesidad de “... la colaboración de todos, especialmente de la comunidad internacional, en el marco de una solidaridad que abarque a todos, empezando por los más marginados. Pero las mismas Naciones en vías de desarrollo tienen el deber de practicar la solidaridad entre sí y con los Países más marginados del mundo ...”

•  Unidad de América Latina : Los agrupamientos económicos regionales configuran otra manera de situarse en la globalización y pueden responder mejor a las necesidades de las poblaciones locales, diversificando los intercambios internos y constituyendo una base más sólida de negociación en una economía mundializada. En un mundo de bloques económicos no se tiene poder de negociación unilateral. Desde Medellín, la Iglesia planteaba que todos los sectores de la sociedad “... deberán superar, por la justicia y la fraternidad, los antagonismos, para convertirse en agentes del desarrollo nacional y continental ...” para forjar la unidad de Latinoamérica, sin la cual “... no logrará liberarse del neocolonialismo a que está sometida, ni por consiguiente realizarse en libertad, con sus características propias en lo cultural, sociopolítico y económico .”

En SRS se alienta a que “... Naciones de una misma área geográfica establezcan formas de cooperación que las hagan menos dependientes de productores más poderosos; que abran sus fronteras a los productos de esa zona; que examinen la eventual complementariedad de sus productos; que se asocien para la dotación de servicios, que cada una por separado no sería capaz de proveer; que extiendan esa cooperación al sector monetario y financiero ... Los Países en vías de desarrollo de una misma área geográfica ... deben constituir ... nuevas organizaciones regionales inspiradas en criterios de igualdad, libertad y participación en el concierto de las Naciones ...”

•  Proceso de industrialización : La PP expresa que el desarrollo supone industrialización, siendo ésta tan “... necesaria para el crecimiento económico como para el progreso humano ...”; advirtiendo que se ha de realizar de manera armoniosa: “... Una reforma agraria improvisada puede resultar contraria a su finalidad. Una

industrialización acelerada puede dislocar las estructuras, todavía necesarias, y engendrar miserias sociales que serían un retroceso en los valores humanos y en la cultura
.”

Se debe realizar una utilización crítica de las tecnologías para evitar que la rentabilidad no sea el único criterio de su desarrollo y aplicación, introduciendo parámetros como el bienestar humano, la dignidad de las personas, el respeto de la naturaleza. Otorgando, ala vez, un papel importante al proceso de industrialización en la edificación de una sociedad donde reine la paz, proceso que es “... irreversible y necesario para preparar una independencia económica e integrarse en la moderna economía mundial ...” y además “... un factor decisivo para elevar los niveles de vida de nuestros pueblos y proporcionarles mejores condiciones para el desarrollo integral ...”, y alejándose de la propuesta marxista, pues los obispos dicen que se debe respetar el derecho de las personas de ser protagonistas de este proceso, “... Para ello es indispensable que se revisen los planes y se reorganicen las macroeconomías nacionales, salvando la legítima autonomía de nuestras naciones, las justas reivindicaciones de los países más débiles y la deseada integración económica del continente, respetando siempre los inalienables derechos de las personas y de las estructuras intermedias, como protagonistas de este proceso .”

El principal papel en este proceso lo deben cumplir los individuos del país en cuestión, pues “... el progreso surge y se acrecienta principalmente por medio del trabajo y la preparación de los propios pueblos, progreso que debe ser impulsado no sólo con las ayudas exteriores, sino ante todo con el desenvolvimiento de las propias fuerzas y el cultivo de las dotes y tradiciones propias ...”

DP n.8

PP n.34

SRS n.IV.33

GS n.V.2.85

PP n.61

DM n.1.III.13

SRS n.VI.45

PP n.29

DM n.1.III.15

GS n.V.2.86.a)

Como citar este artículo: 

Diaz Almada "Propuestas Dicectrices" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/node/535 (Consultado el 29 de Abr de 2019)



El desarrollo de los pueblos en el pensamiento cristiano