Frente a estos inconvenientes Sraffa construye idealmente una mercancía, o conjunto de mercancías, denominada mercancía patrón, la cual cumple con las propiedades requeridas. Dicha mercancía compuesta viene definida como un nuevo sistema, equivalente al inicial, elegido de tal manera que “las diversas mercancías están representadas entre sus medios de producción agregados en la misma proporción en que lo están entre sus productos”; o alternativamente, como un conjunto de mercancías arregladas “en proporciones tales que la composición en mercancías de los medios de producción agregados, y del producto son idénticos” (Sraffa, P.; 1960).
Considerando que el precio de esta mercancía viene dado por la suma de las cantidades que la integran por sus respectivos precios, se puede concluir que de utilizarse esta mercancía como si fuese dinero o como numerario, la medición en término a esa mercancía sería invariante a los cambios en la distribución en dos aspectos cruciales: en primer lugar, “si se definen los salarios en términos de esa mercancía, hay una relación lineal entre los cambios en los salarios y los cambios resultantes (a la inversa) en la ganancia (y esto es independiente de si la ganancia es expresada en términos del sistema estándar o del sistema real); y en segundo lugar, como consecuencia de lo anterior, “el cociente del producto neto con los medios de producción, permanecería igual cualesquiera fueran las variaciones que tienen lugar en la división del producto neto entre salarios y ganancias” (Dobb, M.; 1970).
Esto se evidencia observando la relación que rige la asignación del producto neto entre salarios y beneficios en la industria estándar, es decir, aquella que produce la mercancía estándar:
r = R (1 - w)
donde tanto r como w representan la proporción del producto neto de la mencionada industria que se asigna a retribuir al capital variable (tasa de beneficio) y al trabajo respectivamente. Por otro lado, R se define como el cociente entre dicho valor del producto neto y el valor de los medios de producción de la industria estándar, donde este cociente es igual a la “tasa máxima de beneficios”.
De esta forma, el precio de la mercancía estándar o patrón, tal como fue definido, no resulta afectado por cambios en la distribución, cumpliéndose el segundo requisito anteriormente mencionado. Sin embargo, subsiste la necesidad de una constancia en las condiciones técnicas de producción (situación de inmovilismo tecnológico), por lo que esta mercancía patrón resuelve sólo incompletamente el problema del patrón invariable.
Sebastián Álvarez "La mercancía patrón" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/pierosraffa/mercanciapatron (Consultado el 24 de Nov de 2024)