Gran parte de la discusión en torno a la teoría del capital anteriormente mencionada se asienta sobre el modelo elaborado por Sraffa en su ya referido libro “Producción de Mercancías por Medio de Mercancías” (Cambridge, 1960). Siguiendo a Meek (1961)
[1]
, existen tres ópticas con las cuales se puede percibir y analizar su obra. La misma puede verse como “un modelo teórico no-ortodoxo de un tipo particular de economía, hecho para resolver el tradicional problema del valor por un nuevo camino”. Puede considerarse también como un ataque frontal contra la teoría marginalista, dado que el subtítulo de la obra es “preludio a una crítica de la teoría económica”. Y finalmente, puede analizarse como “una suerte de magnífica rehabilitación del enfoque clásico (y hasta cierto punto marxista) en cuanto a ciertos problemas cruciales respecto del valor y la distribución”. En este trabajo se procederá a analizar el modelo sraffiano combinando la primera y la tercera visión presentadas, haciendo mayor uso de una u otra según sean los problemas analizados y su similitud o contraste con las construcciones teóricas alternativas que expliquen los fenómenos bajo estudio, especialmente los derivados de las doctrinas clásica y la neoclásica.
El modelo de Sraffa se basa en una serie de proposiciones axiomáticas que se encuentran sólo implícitamente incluidas en su obra, y que se derivan de la forma en que el autor concibe la dinámica y el funcionamiento del proceso productivo en una economía capitalista. Dichas premisas son las siguientes
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:
i.
“La producción es un proceso que consiste, desde el punto de vista técnico, en insumir trabajo y bienes producidos con el objeto de producir bienes”. Es importante notar aquí que Sraffa excluye el tratamiento de los recursos naturales (bienes no producidos) en el modelo. De esta forma, se considera una red de interrelaciones entre las diferentes mercaderías producidas en una economía, suponiendo que la producción de cada industria constituye un insumo para las restantes industrias e incluso para ella misma. De esta forma Sraffa utiliza estas relaciones para buscar la determinación de su sistema y de ese modo llegar a encontrar los precios y las retribuciones de los factores que lo resuelven. Este es uno de los aspectos no-ortodoxos de su modelo, ya que si bien los economistas clásicos reconocieron esta interdependencia insumo-producto entre las industrias, no supieron utilizarlas para resolver el problema del valor.
ii.
“La producción se organiza dentro de un conjunto de sectores productivos, industrias o actividades que están interconectadas a través de un esquema de división internacional del trabajo”. Este axioma se encuentra estrechamente vinculado con el anterior, dando acabada idea acerca de la existencia de tasas de cambio entre cualquier par de mercancías del sistema productivo vigente.
iii.
"En la producción se genera un excedente por encima de la reposición de la totalidad de los insumos consumidos, donde, en general, dicho excedente se distribuye entre trabajadores por un lado, y propietarios del capital invertido para la producción, por el otro”. La acepción de producto excedente en Sraffa es la misma que en Ricardo, es decir, la diferencia entre el producto bruto generado en la economía y los gastos absolutamente necesarios de producción.
[3]
. De esta forma, la apropiación que los trabajadores hacen de una parte de dicho excedente se verificará bajo la forma de salario, y la que realicen los propietarios del capital será una tasa proporcional de beneficio sobre el capital aportado; es decir, la tasa de ganancia
[4]
. Dada la característica competitiva del capitalismo concebido por Sraffa, dicha tasa de ganancia deberá ser la misma en todas las industrias.
Debe observarse que, si bien el modelo admite que una parte del excedente sea apropiado como contrapartida de la propiedad de los recursos naturales (bajo la forma de una renta diferencial), el modelo aquí presentado excluirá esta posibilidad, dejando de la lado la consideración de los recursos naturales (ver inciso “i”), para centrar el énfasis en la dicotomía salario-beneficio.
Esta concepción particular de producción capitalista se complementa con una serie de supuestos sobre los que se erige el modelo considerado en este trabajo. Siguiendo a Monza (1985) puede resumírselos de la siguiente manera:
a.
Se excluye “la posibilidad de producción conjunta; luego, cada sector o industria produce una y sólo una mercancía”.
b.
Se considera “que en la producción sólo se insumen mercancías producidas; luego, a cada mercancía del sistema le corresponde, por lo menos, un sector productivo. Este supuesto y el anterior hacen que el número de mercancías (N) sea igual al número de industrias”.
c.
Se supone “que todo el capital que se utiliza en la producción es circulante, esto es, se consume íntegramente dentro del proceso de producción. Esto permite dejar de lado por completo el tratamiento de la depreciación o consumo del capital”.
d.
“Con respecto a los salarios, se adopta el criterio de que ellos se pagan post factum, esto es, al completarse el período de producción. Por lo tanto, no integran el capital (circulante) del sistema productivo”.
e.
“En la economía existe dinero en el sentido de unidad de cuenta y medio de pago, pero esta función no es cumplida por ninguna mercancía del sistema”.
f.
“Las condiciones de producción de cada mercancía son homogéneas, esto es, todas las unidades de cada clase de mercancía son producidas mediante el mismo método de producción
[5]
. Debe observarse que este supuesto no excluye ni que estén disponibles técnicas alternativas en cada período ni que el método en uso se modifique con el transcurso del tiempo”.
g.
Se pide “además que en cada período exista sólo una técnica disponible para cada mercancía”.
h.
“La tecnología exhibe rendimientos constantes a escala”. Si bien este no es un supuesto que Sraffa haya incluido en su obra, sosteniendo terminantemente que no supone rendimientos constantes a escala, el mismo se encuentra implícito a lo largo de todo su análisis, en aquellas aplicaciones que no se ubican en el entorno inmediato del punto bajo análisis. Esta fue justamente una de las observaciones que le hizo Keynes, reprochándole la no inclusión explícita del mencionado supuesto.
Sobre estas proposiciones y supuestos se erigirá el modelo de Sraffa presentado en este trabajo, el cual diferirá del presentado por el propio autor sólo en que aquí se trabajará en valores unitarios, mientras que él lo hace con magnitudes agregadas. Sin embargo, dado el supuesto de rendimientos constantes a escala, el paso de una situación a otra es inmediata y trivial. El modelo así construido se aplicará, por un lado, al análisis de la determinación del valor; y por otro, a exponer la posición de los economistas de la universidad inglesa de Cambridge en la polémica en torno a la teoría del capital (“Controversia de Cambridge”).
[1]
Meek, Ronald L.; “Mr. Srtaffa´s rehabilitation of Clasical Economics”; Scottish Journal of Political Economy; Junio de 1961.
[3]
Existe un doble tratamiento para estos gastos necesarios de producción. Puede considerarse que los mismos incluyen las remuneraciones para retribuir al factor trabajo a su nivel de subsistencia, donde el pago por sobre esta cantidad constituirá un beneficio o excedente por encima de dicho salario de subsistencia (“consumo superfluo”); o también puede contabilizarse como gasto necesario sólo al valor de los insumos consumidos en el proceso productivo, por lo que el salario pagado que surge del excedente de la economía incluirá los dos conceptos mencionados anteriormente.
[4]
Existe una diferencia en la visión que poseen los clásicos acerca de la distribución del excedente, de la que realiza el propio Sraffa. Mientras que los primeros la imputan a un recurso productivo, Sraffa lo hace a un sector que produce.
Anónimo "Producción de mercancías por medio de mercancías" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/pierosraffa/mercancias (Consultado el 24 de Dic de 2024)