A diferencia de los economistas y administradores de empresas, el trabajo de un contador es mas parecido a una commodity.
El mejor contador es aquel que sabe brindar el consejo adecuado a las circuntancias particulares de cada cliente. La administración tributaria no debe limitarse a brindar asesoramiento impositivo propiamente dicho, sino que también comprenderá a la gestión y herramientas de econometría, para que la contabilidad se ajuste a los objetivos generales de la organización. Puede suceder, también, que sea conveniente algunos ajustes en la organización para aprovechar situaciones tributarias particulares, como disminuir las ventas en algún período, bajar o subir precios precios, contratar pesonal específico, etc.
Un buen contador también debe tener alguna capacidad empresarial para gestionar correctamente un estudio contable; y ser amable y correcto con sus empleados y clientes.