(Mario Blacutt Mendoza)
Uno de los grandes defectos del modelo neoclásico de economía es la de limitar la iniciativa privada sólo a los esfuerzos para ganar más beneficios o lograr una mayor utilidad de lo que se consume
Esto se debe al hecho de que se toma el homo economicus como el paradigma de lo que es “un ser racional” y cuyo comportamiento, se supone, debe servir de ejemplo para todos los seres reales
Como se sabe, el homo economicus, una creación ectoplasmática de los teóricos neoclásicos, sólo obra después de un análisis de costo-beneficio individual
Este análisis le permite decidir si una acción determinada tiene mayores beneficios que costos en sentido monetario; si eso es así, realizará la elección, de lo contrario, no la realizará
Implícitamente, el modelo nos hace saber que la iniciativa del ser humano termina ahí, negándole toda la inmensa y profusa gama de acciones que nada tienen que ver con el beneficio pecuniario
En lo que se refiere a una iniciativa privada más extendida, diremos que en Bolivia la gente no la ha desarrollado íntegramente, debido a que tiene una gran dependencia del Estado
Las juntas vecinales, por ejemplo, se unen para salir en manifestación y pedir algo al gobierno, pero nunca se unen para hacer algo por iniciativa propia en base al esfuerzo común