1. La economía neoclásica define el mercado interno como las transacciones de bienes de servicios y consumo dentro del territorio nacional, reduciendo así su contenido al ámbito de la esfera de la circulación, cuando detrás de ella se esconden la estructura de la producción nacional, su lugar en la cadena mundial de producción y transferencia de valor y plusvalor, así como el lugar y papel de las burguesía y de los trabajadores en el país o región de que se trate. Por ello, el mercado interno debe interpretarse como un espacio de valorización del capital que la burguesía prioriza o abandona en función de la realización del objetivo de maximizar la ganancia.
2. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los fundadores de la Economía del Desarrollo identificaron el problema de la estrechez del mercado interno con la incapacidad de los países pobres para emerger del subdesarrollo. Con ello, ponían de relieve los factores que desde la oferta y la demanda creaban obstáculos al desarrollo capitalista. La solución que previeron varios de ellos estaría en un big push o inversiones masivas de capital (extranjeras claro está) en varios sectores a la vez. Con ello, pusieron de manifiesto que la mayor rentabilidad del capital es un requisito para la ampliación del mercado interno de los países subdesarrollados.
3. Comprendiendo la estrechez del mercado interno latinoamericano, Prebisch y sus colaboradores, vieron la explicación del subdesarrollo en la estructura productiva de la región y el lugar de ésta en la cadena mundial de producción de valor y plusvalía, así como el de la naciente burguesía industrial. El estructuralismo percibió las restricciones del proceso de acumulación en la periferia, así como la amenaza de una inminente inundación de los mercados latinoamericanos con productos norteamericanos. Respondiendo a esos intereses, elaboraron una estrategia de desarrollo basada en la defensa del mercado interno. Fue así que concibieron una industrialización que condujera a modificar el patrón de especialización exportadora, mediante una sustitución de importaciones que impulsara sucesivamente la industria de bienes de consumo, la de bienes intermedios y finalmente la de bienes de capital, en otras palabras, fue un proyecto de desarrollo capitalista nacional.
4. El modelo de industrialización por sustitución de importaciones como estrategia de desarrollo endógeno, no arrojó los resultados esperados; el endeudamiento externo creció; se mantuvo una elevada heterogeneidad estructural; no se modificó la alta concentración en la distribución de los ingresos y siguieron siendo altos los niveles de desempleo. Sin embargo, la estrategia de desarrollo hacia dentro mostró indicios de compatibilidad. La región alcanzó tasas de crecimiento económico superiores a las actuales; se modernizó la estructura productiva y la región redujo su dependencia comercial.. La ISI, a pesar de no reducir significativamente los problemas sociales, promovió políticas encaminadas al mejoramiento de los sectores de la educación, la ciencia y la salud. La burguesía latinoamericana llegó a integrarse, al menos durante la primera etapa, en un proyecto de desarrollo capitalista nacional, pero la entrada de la inversión extranjera en la etapa de la “sustitución difícil” frustró el proyecto.
5. Las condiciones de hoy son otras. El modelo neoliberal ha promovido la liberalización comercial y financiera de los mercados nacionales. La producción para el mercado interno es abandonada a favor de una política de privilegiar la producción para la exportación, que pasa a convertirse en la base fundamental de la valorización del capital. Bajo la idea de un mercado sin fronteras, este modelo provoca la internacionalización del mercado interno, en tanto que abre las puertas de éste a todos los competidores y termina por desplazar a los capitales nacionales más débiles.
6. La apertura comercial y financiera produce una reestructuración productiva que da lugar a que las cadenas mundiales de producción de valor terminen absorbiendo a estructuras productivas nacionales, con el consiguiente debilitamiento del papel de productores de no pocos sectores de la burguesía latinoamericana. En su afán de maximizar ganancias, sectores importantes del empresariado latinoamericano han abandonado cualquier pretensión de un proyecto de desarrollo capitalista nacional, se han sumado a las cadenas productivas globales e incluso a la especulación financiera. La intensa competencia desatada, ha provocado el enriquecimiento de unos sectores de la burguesía, pero el deterioro de otros, así como una mayor vulnerabilidad generalizada. Buena parte del mercado interno latinoamericano se ha informalizado y es fuente de empleo para una parte importante de la población económicamente activa. La pobreza se ha expandido.
7. El análisis realizado de la apertura comercial y financiera en la SRNAL, basada en un patrón de especialización exportadora que emplea básicamente la maquila, arrojó experiencias interesantes. Si bien es cierto que la estrategia mostró en un principio un alto dinamismo en el sector exportador y alcanzó en los años noventa una tasa de crecimiento del 15%, éste no se convirtió en motor impulsor del crecimiento económico esperado. Por cada punto porcentual de elevación de las exportaciones, el PIB creció entre un 0.2% y 0.4%, mostrando comportamientos débiles y volátiles. Sin embargo, las importaciones crecieron en un 14% y, como consecuencia de lo anterior, el endeudamiento externo creció aceleradamente. El PIB no exportable experimentó un estancamiento, por ejemplo, en el caso de México, mostró una tasa de crecimiento del 1.0% en el período 2000-2004. En los aspectos sociales, se ha puesto en evidencia una marcada incapacidad en la generación de empleo; en la mayoría de los países analizados, la ocupación formal asalariada ha llegado a representar menos del 50% del total de la ocupación; la distribución de los ingresos, medida por el coeficiente de Gini, no modificó su patrón de elevada desigualdad, alcanzando valores de 0.528 en México y de 0,543 en Guatemala. La penetración del capital transnacional en la región ha desarticulado la estructura productiva, exponiendo ésta a los desequilibrios del comercio mundial.
8. Todas estas tendencias se reiteran en otras regiones de América Latina, pese a que hayan empleado patrones de especialización exportadora diferentes al de la SRNAL. A juicio de este autor, son algunas de las contradicciones que explican, la reaparición de la idea de un proyecto de desarrollo capitalista nacional que potencie en mayor medida el desarrollo del mercado interno.
9. La alternativa propuesta por Samir Amín, la desconexión de los países del Sur, rompe con ese mito y llama a cortar de manera colectiva las amarras comerciales, económicas, culturales, políticas, etc. de los pueblos de estos países, para en su lugar volcarse hacia una estrategia de desarrollo autocentrado que potencie el mercado interno. El hecho de que el comercio latinoamericano con el resto del mundo sea seis veces mayor que el intra- regional revela la presencia de notables reservas. Al propio tiempo, dadas las restricciones vigentes en la actualidad, en términos del acceso al financiamiento externo a las que se enfrentan los países subdesarrollados, una estrategia contrahegemónica debe estar orientada fundamentalmente y no exclusivamente, hacia el mercado interno. Al mercado mundial habrá que recurrir para adquirir las tecnologías modernas que permitan ascender en productividad. El fomento de exportaciones hacia el mercado mundial debe formar parte de la integración latinoamericana, lo que pudiera lograrse siempre que el mercado interno sirva para ascender en términos de competitividad internacional. En esencia, se debe formular un proyecto de integración que aproveche los tamaños de los mercados nacionales, las economías de escalas, así como los recursos regionales y cree ventajas compartidas a través de diversas formas de cooperación.
10. Para que el mercado interno actúe como eje dinamizador del crecimiento y el desarrollo, se necesita una estrategia contrahegemónica, fomentar un proyecto latinoamericano de integración que se proponga la inclusión de muchos quehoy están marginados; que potencie el desarrollo humano y privilegie la producción de bienes de amplia demanda popular; que permita la participación de todos los sectores sociales dispuestos a sumarse a las transformaciones necesarias. Esta claro que una estrategia con tales propósitos, no puede ser conducida por la clase que posee el capital, es evidente que hay que pensar en el socialismo. Sin embargo, la realidad política dirá la última palabra.
Recomendaciones
El análisis del papel del mercado interno en el desarrollo actual y perspectivo de América Latina adquiere en el contexto del ALBA especial significación, motivo por el que se recomienda continuar la presente investigación, en tanto que la estructura económica de la región es muy heterogénea; junto a países con un mercado interno enorme como Brasil, México y Argentina, por sólo citar varios ejemplos, también hay que explorar otros, con realidades económicas, políticas y sociales muy diferentes.
Autor: Eloy Samuel Ramírez Acosta - 2008
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