LA COOPERATIVA DE NIÑERAS (I)
(Mario Blacutt Mendoza)
El actual Premio Nóbel de Economía, Paul Krugman, tiene muchas facetas a su favor; en este artículo citaremos algunas de las que me caen bien
Primero, no es neoliberal; los expertos dicen que es neokeynesiano y, como catedrático de la Universidad de Princeton y columnista del “New York Times”, es muy crítico de la política de Busch
Segundo, vislumbró el límite del crecimiento de los países asiáticos, los que, al igual que el de la ex URSS, estaban basados sólo en el incremento de los recursos naturales y humanos y de las inversiones; no en el de la productividad
Tercero, porque dice cosas (“El Retorno de la Economía de la Depresión”) como la siguiente “Como economista con buena reputación soy completamente capaz de escribir cosas que nadie puede leer”
Así, nos instruye sobre el peligro de “expresarse de un modo excesivamente solemne” y creer que eso es bueno, tal como lo creen la mayoría de los que están seguros de que tienen la última palabra
Cuarto, porque considera que la imaginación es una de las grandes virtudes del ser humano; en la misma obra afirma “las personas graves, sin una vena fantástica casi nunca ofrecen visiones frescas, ni en economía ni en ninguna otra materia”